En la madrugada del pasado 24 de septiembre, un robo de una furgoneta que estaba estacionada en la calle puso en alerta a los vecinos de Pedrosa de Tobalina. El 28, apenas cuatro días después, apareció calcinada junto a una nave en la pedanía villarcayesa de Santa Cruz de Andino, a 30 kilómetros de donde fue sustraída sin explicación alguna para lo ocurrido. En medio de ambos sucesos, se produjo el robo de cableado del alumbrado público en la zona de la ribera del río Jerea, que afectó tanto a Pedrosa como a La Orden. 

Todo apunta a que quienes sustrajeron el vehículo lo utilizaron para llevarse el cobre y lo quemaron para hacer desaparecer cualquier prueba. En ningún caso, el suceso se achaca a algún tipo de enemistad o problema con el propietario de la furgoneta, un hombre con buena relación con el resto de sus convecinos.

Ambos hechos fueron denunciados, el primero por el propietario de la furgoneta, vecino de Pedrosa de avanzada edad, y el segundo por el Ayuntamiento del Valle de Tobalina. En la localidad se ha afincado cierta inseguridad y la alcaldesa pedánea, Ainara Rodríguez, solicitaba hace unos días en las redes sociales colaboración a quienes pudieran dar cualquier pista sobre lo ocurrido u observaran otras conductas ilegales o poco habituales en el pueblo. Además de ello, la regidora rogaba «extremar las medidas de seguridad y comprobar cierres en txokos, garajes, ventanas, viviendas...», puesto que la buena convivencia habitual en los pueblos del medio rural hace que la mayoría de los vecinos sean confiados y dejen abiertas o con las llaves puestas las puertas de garajes, bajos o incluso sus hogares.

La alcaldesa también solicitó a la Guardia Civil que intensificara la vigilancia en Pedrosa de Tobalina y aseguraba a DB que «hay bastante más vigilancia estos días», con lo que se mostraba satisfecha de la respuesta de las fuerzas de seguridad. Asimismo, los agentes continúan investigando los hechos para su esclarecimiento.