Fernán Labajo

Plaza Mayor

Fernán Labajo


La mala educación

21/12/2021

Hacer las ciudades más sostenibles no es una cuestión de infraestructura, sino de educación. De nada sirve construir el carril bici más largo del mundo si los ciudadanos no saben circular. Y no estoy hablando de dar pedaladas, sino de cumplir unas normas básicas, no tanto de tráfico, sino de convivencia. Unas pautas sociales aplicables a coches y peatones. 

Porque en cuestión de educación vial la frase más socorrida es la clásica «yo te entiendo a ti, pero entiéndeme tú a mí», que es como decir que me importa un comino si tú tenías pensado cruzar la calle, que yo tengo prisa y no puedo respetar el paso de peatones. Y los expertos en movilidad, arquitectos e ingenieros de caminos rebatirán esta premisa al meter en la ecuación los elementos que fuerzan a los conductores a reducir la velocidad: nadie se atreve a retar a un badén. Bueno, es una manera muy respetable de subestimar la estupidez humana. 

Porque he llegado a ver vehículos regateando personas en pasos de cebra, invasiones de carriles contrarios para evitar bandas sonoras e incluso broncas de conductores a peatones a los que habían atropellado, a los que recriminaban que no hubieran mirado antes de cruzar. Pero no vayamos solo a por los usuarios de automóviles. Porque en este periódico ya se ha contado que hay ciclistas que todavía no entienden que los semáforos en rojo también van con ellos cuando circulan por la calzada. Y a ellos no hay radar que les pille. 

Antes de sacar coches de los centros de las ciudades, peatonalizar calles o poner multas, tal vez sería mejor invertir en clases particulares de empatía. La educación es el mejor arma para evitar que se sigan lamentando muertes por atropellos, como ocurrió el pasado fin de semana. Y ya no es tanto una cuestión de voluntad política, sino que depende de cada uno de nosotros.