El 'agujero' del IBI obligará a contener el gasto en 2021

RAÚL CANALES
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La alcaldesa admite que habrá que «buscar fórmulas» para cuadrar las cuentas. «No oculté nada, hablé con la concejala, pero mi labor tampoco es repartir informes a los funcionarios»

Un vecino accede al Servicio de Atención Ciudadana de la Plaza España. - Foto: Valdivielso

El desfase presupuestario de este ejercicio obligará a contener el gasto en 2021. La alcaldesa asegura que en los meses que restan para acabar el año se intentará ejecutar todas las inversiones pendientes porque es parte del compromiso para reactivar la economía en plena pandemia, pero advierte que el próximo ejercicio tocará apretarse el cinturón. 

La anunciada subida del IBI permitirá ingresar más dinero a las arcas del Ayuntamiento, pero aún así será necesario «buscar fórmulas» para corregir el error de cálculo en la recaudación impositiva de este año. Aunque  Aitana Hernando evita en todo momento cuantificar el ‘agujero’ financiero (podría rondar los 1,4 millones ) deja entrever que el presupuesto deberá ser más austero para cuadrar las cuentas. 

Aunque la máxima autoridad municipal tenía en su poder dos informes que aseguraban que los ingresos por el IBI en principio no iban a superar los diez millones, el equipo de gobierno presupuestó para este año 10,8 millones por este concepto. Fue la propia alcaldesa la que solicitó la elaboración de dichos documentos, porque su intención era congelar el tipo impositivo y necesitaba saber si la decisión era viable económicamente, aunque posteriormente se hizo caso omiso a los mismos. «La concejala me dijo que no recogían los datos que necesitaba el interventor y que no servían», asegura Hernando, quien remarca que la edil de Hacienda sí que conocía los informes, algo que Matilde Fernández inicialmente negó, «porque incluso he comentado con ella el muestreo de calles». 

Según ha quedado claro en los últimos días, el interventor no tenía constancia de los informes a pesar de que solicitó esos datos al departamento tributario en repetidas ocasiones.

Finalmente acabó pidiendo los del catastro y se basó en ellos para elaborar la previsión del IBI, siempre sin conocer aún el coeficiente reductor. 

«Como alcaldesa puedo pedir los informes que quiera, como hago con Policía o con la arquitecta, y mi función no es repartirlos luego entre los funcionarios porque no soy auxiliar administrativo ni trabajo en el área de intervención», afirma Hernando para explicar porqué si el interventor llevaba tiempo detrás de los datos, que el departamento correspondiente no le facilitaba, no se los  proporcionó ella que ya los tenía en sus manos desde agosto del año pasado. 

En este sentido, la regidora remarca que no hubo intención de ocultar nada, «porque si quisiera ocultarlo nunca hubiera pedido por escrito que se hicieran los informes y tampoco se los hubiera facilitado a Izquierda Unida siendo consciente de que los iba a usar para atacarme por la subida del IBI». 

Según Hernando, esa subida impositiva no se debe a los informes y se hubiera producido igualmente porque es necesario volver a los ingresos de 2018.