Un curso de récord en FP con 7.000 alumnos matriculados

B.G.R.
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Los ciclos sanitarios y de informática son los que experimentan un mayor crecimiento. Aumenta la demanda en los de hostelería y remonta el mueble. Hay 237 estudiantes más que hace un año

Un curso de récord en FP con 7.000 alumnos matriculados - Foto: Patricia

Atrás parece haber quedado aquella idea equivocada de considerar la Formación Profesional como la hermana pequeña de la educación. La evolución de estos estudios en la última década así lo atestigua, con un crecimiento constante y continuado del que tan solo escapó el curso 2018-2019, cuando las cifras revelaron un descenso de 140 alumnos respecto al periodo lectivo anterior. Salvando esta excepción, la radiografía cuantitativa de la demanda muestra 1.000 estudiantes más que  2012-2013, año en el que se rozaron los 6.000, mientras que en el presente ejercicio se ha superado ya la barrera de los 7.000 matriculados, lo que supone una cifra récord.

En este tiempo no solo se ha incrementado la oferta de ciclos por parte de la Administración regional. En el periodo 2014-2015 se implantó la llamada FP básica en sustitución de los antiguos PCPI (Programas de Cualificación Profesional Inicial) para aquellos alumnos que no han terminado la ESO y que hoy en día está incluida en la estructura oficial de estas enseñanzas como un grado más que permite obtener un título de acreditación profesional. También se han ido dando pasos en la formación dual, aquella que combina las clases teóricas con las prácticas en los centros de trabajo y que el Ministerio de Educación busca extender a todos los ciclos en su nueva normativa.

Los avances registrados no se quedan aquí, tal y como aseguran  equipos directivos consultados por este periódico. Deben tenerse en cuenta de igual forma las políticas de promoción pública, a las que se suman cada vez con más insistencia las voces empresariales en su defensa ante la falta de mano de obra cualificada, que además queda corroborada en una elevadísima tasa de empleabilidad. Y, por último, no debe olvidarse la labor primordial que desarrollan los centros educativos en el asesoramiento a estudiantes y familias, así como en destacar sus bondades en las charlas de orientación que desarrollan tanto en colegios como en institutos.

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