Fernando Lussón

COLABORACIÓN

Fernando Lussón

Periodista


¿O no?

26/10/2022

Cuando se quería caricaturizar alguna de las propuestas que realizaba el expresidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se añadía con ironía la coletilla que él mismo utilizaba "¿O no?", como muestra de una ambigüedad calculada con la que el propio político ponía en bandeja la utilización del tópico sobre los gallegos y la escalera. Como las circunstancias del mundo son tan cambiantes y ya no existen planteamientos estratégicos sólidos capaces de aguantar las noticias que viene de dentro o de fuera y han sido sustituidos por proyectos líquidos amoldables a los hechos, resulta difícil conocer cuál es la política fiscal y económica del PP en esos momentos.  

Hasta hace unos días existía el convencimiento de que la principal y casi única política fiscal que defendía el partido presidido por Alberto Núñez Feijóo era la de la bajada generalizada de impuestos, con el argumento de que el dinero está mejor en manos de los contribuyentes que en las del Gobierno, una línea de actuación y pensamiento de la que la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, era la adalid que animaba al resto de comunidades autónomas a hacer lo mismo, para que no le acusaran de realizar dumping fiscal.  Su compañero andaluz, Juan Manuel Moreno, recogió el guante y siguió su senda, y luego otros presidentes autonómicos se lanzaron a la carrera de la rebaja de impuestos para no quedarse atrás y verse perjudicados en las urnas de mayo. 

 En el exterior, la propuesta fiscal de Liz Truss de rebajar impuestos a los más ricos entre otras medidas –las que han acabado con ellas- eran el ejemplo a seguir, según Díaz Ayuso.  Su dimisión acelerada ha cambiado el paradigma. El PP ya no habla de bajada masiva de impuestos sino de bajada selectiva, y donde antes la reducción de impuestos era el ADN del PP, ahora Feijóo afirma que "Es bueno bajar impuestos cuando se puede y hacerlo con cabeza", Parafraseando a Mariano Rajoy, el presidente popular podría decir: "Nosotros proponemos bajar impuestos. ¿O no?". En cualquier caso, el PP parece lejos de seguir las recomendaciones de los nada bolivarianos Banco Central Europeo, el FMI y la OCDE, además de otros países europeos que aplican, o estudian hacerlo, las mismas medidas que el gobierno de Pedro Sánchez, con aumento de impuestos a la grandes compañías energéticas y financieras y pidiendo un esfuerzo fiscal mayor a los que más tienen.  

Y otro tanto ocurre con la excepción ibérica al precio del gas, una limitación de precios que la Comisión Europea planea extender con carácter general, con otras particularidades, pero que supondrán un importante ahorro para los consumidores. Como en el caso anterior con el apellido de las bajadas de impuestos, Núñez Feijóo manifestó en Bruselas que él nunca había calificado esa concesión europea a España y Portugal como "timo ibérico. Él no, pero de él abajo todos los dirigentes del PP. Ahora toca rendirse a la evidencia de que la factura de la luz, con ser elevada, lo habría sido más sin ese mecanismo, que las propuestas en materia de energía que ha aprobado el gobierno son eficaces y que tienen predicamento en la Unión Europea.  En fin, los juegos de palabras no hacen sino ocultar los vaivenes en este asunto para no aceptar una medida que ha tenido efectos prácticos positivos. O sea que el PP ha tenido que cambiar de registro en un caso y moderar las críticas en otro para no quedar demasiado en evidencia. ¿O no?