El concejal de Hacienda, David Jurado, lo tiene clarísimo: «Lo último que queremos es que se nos queden desiertas las obras o, peor aún, que las empresas nos dejen proyectos colgados». Tal y como les está ocurriendo al resto de administraciones, el alza generalizado de las materias primas, los precios de los materiales y el encarecimiento energético se está volviendo en contra de los contratos públicos municipales y el Ayuntamiento de Burgos quiere evitar nuevos sustos.

Este periódico publicó el pasado jueves que, en el conjunto de la provincia, alrededor de 15 concursos ya se han quedado desiertos por un valor aproximado de un par de millones de euros. Por ahora solo hay tres en los que el Consistorio capitalino se haya visto afectado: el nuevo centro municipal de Cótar, el ascensor de la Policía Local y una ampliación del carril bici. Ninguna de ellas se trataba de una gran obra, pero el equipo de Gobierno no desea más complicaciones y está trabajando en evitarlo en lo posible.

Cuenta Jurado que los servicios técnicos ya tienen una instrucción para que estudien la revisión al alza de los contratos pendientes de salir, «sobre todos los más antiguos», para poder elevar su montante hasta el entorno del 20 o el 30%. El responsable de Hacienda no quiere citar ninguno de los contratos que podrían sufrir estos cambios, pues no es definitivo sino decisiones todavía en estudio.

Eso sí, apunta que serían «fundamentalmente contratos de obras» y no de servicios o de suministros, puesto que estos últimos están casi todos puestos al día. «Entre presupuesto y modificación hay más de 74 millones de inversión para 2022, es una cifra récord y nunca había ha habido tanta inversión en un presupuesto, así que el reto ahora es sacarlo adelante», insiste Jurado.

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