Es más que posible que se le haya pasado a usted el fin de semana entre los arrebatos deportivos que despierta el Burgos Club de Fútbol sobre el césped leal de El Plantío, o acaso no haya tenido ojos ni oídos sino para el prometido de doña Tamara Falcó, postrado de hinojos ante la marquesa para intentar hacerse perdonar sus devaneos con una modelo brasileña. Sepa entonces que todavía le queda esta noche para disfrutar de uno de los fenómenos naturales más hermosos del año: se trata de la llamada 'luna del cazador', el primer plenilunio tras el equinoccio de otoño, en el que el satélite, escoltado por Júpiter y Marte, emite su más intenso fulgor y se nos muestra más imponente que nunca, con la órbita en su punto más cercano a la Tierra.
La tradición popular atribuye a tan singular alineación cósmica un poderoso influjo en asunto de amores y nos aconseja preparar en estos días las más variadas pociones a base de flores de azafrán y otros ingredientes más o menos exóticos para vencer las reservas de esa persona por la que bebemos los vientos sin remedio.
Claro que los filtros de amor ya no son ni mucho menos lo que eran antaño y, si hacemos caso de las estadísticas, deberíamos concluir que están sometidos a ese mismo ardid de la obsolescencia programada que limita la vida útil de nuestros electrodomésticos. Los divorcios y separaciones en España volvieron a aumentar casi un catorce por ciento el año pasado, después de que en 2020 su progresión se detuviera (algo tendrían que ver el cierre de los juzgados y las apreturas económicas que provocó la pandemia), e incluso la Iglesia se ve impelida a anular veinte matrimonios cada año en Burgos a pesar de que cada vez son menos las parejas que eligen darse el sí quiero delante del altar, según nos informaba ayer este periódico.
Así que, si a despecho de tan oscuras perspectivas sigue usted empeñado en unir su existencia a la de la dueña de sus pensamientos, quizá deba dejarse de brebajes, polvo de estrellas fugaces y pétalos de rosas recién cortadas, atender el consejo del gran Joan Manuel Serrat y hacer la prueba con materias tangibles: Cubrirla de brillantes o montarle un piso/ son buenos ingredientes para infalibles filtros de amor.