El sector de la obra pública vive inmerso en un momento sumamente contradictorio: hay un gran volumen de trabajo en marcha y se espera que crezca aún más en 2023, aunque la mayoría de los proyectos se están ejecutando con pérdidas por el alto precio de las materias primas y la energía. Pero, por encima de este problema considerado «puntual» por las contratas, hay uno más crítico y de carácter estructural: es imposible encontrar mano de obra especializada para atender a tanta demanda y esta es la causa última de que muchos concursos públicos queden desiertos, tendencia que, avisan, no tiene visos de solución y se agravará durante los próximos años.
Si lo habitual en un año normal es que el 1% de la obra pública quede desierta por la ausencia de empresas aspirantes, en el presente se está superando el 10% e irá a más. En cifras absolutas, son 26 obras públicas de todos los tamaños y para las diferentes administraciones congeladas en Burgos por un valor de 7,3 millones de euros, números que se elevan hasta los 84 millones y 192 obras en el conjunto de Castilla y León, según los datos que maneja la Cámara de Contratistas de Castilla y León hasta agosto.
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