"Burgos, muy centrado en el cemento y sin plan de futuro"

G. ARCE
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Ramón Sobremonte, director general de Cajaviva Caja Rural, analiza el presente y futuro de la economía y la sociedad burgalesas

Ramón Sobremonte, director general de Cajaviva Caja Rural. - Foto: Luis López Araico

Augura la vuelta a la normalidad para principios de 2023, aunque en los despachos de la cooperativa de crédito que dirige, Cajaviva Caja Rural, ya se vive la recuperación y se espera culminar un buen ejercicio económico, «aunque dentro de las circunstancias». Ramón Sobremonte se muestra hasta sorprendido de la baja morosidad de las empresas y descarta definitivamente el temor a una avalancha de quiebras en los próximos meses. Eso sí, avisa de que los tiempos están cambiando y ya nada volverá a ser como en 2019. No queda otro camino que «dar el salto» hacia una nueva economía y Burgos ya está en ello.

¿Perciben en el día a día de la entidad que la recuperación económica es evidente?
Esta claro que estamos viviendo un ciclo de recuperación y se nota en las cifras de negocio, pero hay que hacer muchas matizaciones. La situación evoluciona en función de los segmentos de clientela. La Caja está evolucionando muy positivamente y vamos a cerrar un ejercicio muy bueno, teniendo en cuenta todas las circunstancias que rodean a la economía. Dicho esto, la inversión crediticia en términos interanuales está totalmente estancada, con un crecimiento del 0,5%. Hay que tener en cuenta que el año anterior hubo muchísima inversión crediticia derivada de las líneas ICO, por lo que el 0,5% mencionado oculta la magnitud del crecimiento del ejercicio anterior. Estoy hablando de un escenario provincial, pues la inversión crediticia en Cajaviva Caja Rural crece en torno al 5%.

¿Seguimos acumulando ahorro los burgaleses?
Sorprendentemente, y a pesar de una cierta reactivación del consumo, seguimos ahorrando. En términos interanuales crece a un ritmo del 8% en la provincia, sobre todo en productos tradicionales como cuentas a la vista y depósitos a plazos. En la Caja crecemos un 12% en este ámbito, un 50% por encima de la tasa de crecimiento medio en la provincia. En los fondos de inversión se crece a tasas del 16%.

Ramón Sobremonte, director general de Cajaviva Caja Rural. Ramón Sobremonte, director general de Cajaviva Caja Rural. - Foto: Luis López Araico

¿Cómo interpreta estos números?
Pues que hay una recuperación económica indudable, pero todavía los agentes económicos actúan con mucha prudencia, tanto las empresas a la hora de meterse en proyectos de inversión, como el consumidor a la hora de lanzarse a las compras desaforadas. Existe un ahorro preventivo porque sobre la mesa hay muchas incertidumbres todavía. Hasta que no se despejen esas incertidumbres, no recuperaremos la normalidad.

¿Es un ahorro del miedo?
Es un ahorro preventivo. Somos varias generaciones que estamos viviendo de una crisis en otra y eso deja poso. La crisis de 2008 fue muy larga y profunda. Hubo un amago de recuperación y volvió a caer la economía. Hemos aprendido y, por ello, hemos enfocado esta crisis de una forma que sus resultados están siendo muchísimo menos dramáticos que en la anterior.

¿Le preocupa el alza desbocada de los precios de la electricidad?
Quiero creer que la subida de los precios de la energía y de las materias primas, como la presión inflacionista que existe en estos momentos, son reflejo de la recuperación. Tenemos que ir un poco más allá en los análisis: si no hubiera recuperación económica, no estaríamos asistiendo a estas presiones. Sí, no son buenas para una economía ni para la gente que está en situación de pobreza energética, pero esta escalada es un síntoma de recuperación económica. Si se disparan los fletes de transportes o si hay cuellos de botella en las producciones son un reflejo de una recuperación económica bastante fuerte en un periodo de tiempo muy corto. Ha sido una crisis muy rápida y muy profunda y está rebotando, aunque tardará en recuperar. La demanda cayó en picado para las empresas y no solo dejaron de producir sino que vaciaron sus inventarios. Cuando la demanda se empieza a recuperar, hay que atender a la demanda y reposicionar inventarios, todo ello sumado a los elementos especuladores en el mercado que acaparan. Esta claro que la recuperación de la oferta no va a ser a corto plazo.

¿Qué plazos baraja usted de salida de la crisis?
Los expertos hablan de mediados de 2022 pero yo creo que no veremos luz hasta principios de 2023.

¿La pandemia ha servido para mejorarnos o todo se quedará en una declaración de intenciones?
Creo que nunca vamos a recuperar la situación anterior, nos encaminamos a algo diferente. El mundo se está transformando...

¿Cuáles intuye que son los cambios por venir?
Los hábitos de consumo van a variar muchísimo. El mundo está viviendo eventos casi increíbles. Por ejemplo, la situación de desabastecimiento en Gran Bretaña derivada del Brexit. No solo no hay transportistas sino que nadie quiere hacer portes a Gran Bretaña por las dificultades de papeleo. No solo les faltan los carburantes, tienen problemas de abastecimiento farmacéutico, de alimentación... La transformación del modelo de crecimiento de China; el colapso de Evergrande, uno de los grandes actores inmobiliarios del mundo; los cortes de energía a determinadas zonas industriales por parte del gobierno chino y los cuellos de botella que generarán y que llegarán hasta Burgos...Vamos hacia un mundo diferente donde o aplicamos un modelo sostenibilidad o no vamos a poder aguantar. Necesitamos un consumo responsable y sostenible al igual que la producción. Esto nos va a cambiar.

Los empresarios han bendecido las bondades de los ERTE pero están advirtiendo sobre los ‘caramelos envenenados’ de los créditos ICO. 
Desde nuestra experiencia de Cajaviva Caja Rural, quiero transmitir la total normalidad en relación a las líneas ICO. El nivel de morosidad que  hemos detectado es ridículo y el nivel de reestructuraciones, ampliaciones y financiaciones asociadas a las flexibilidades ICO ha sido bajísimo. No hemos tenido que meter a ningún cliente dentro de la línea del código de buenas prácticas del ICO. Hubo una criba empresarial brutal en la anterior crisis y la mayoría de las empresas que sobrevivieron son competitivas y están muy bien gestionadas. Tenemos buenos empresarios que están tomando medidas muy prudentes. Salvo excepciones, no veo un problema generalizado a la hora de devolver los créditos ICO.

¿Qué volumen de créditos ICO y ayudas de Iberaval vinculadas a la pandemia ha otorgado Cajaviva Caja Rural? 
Unos 200 millones de euros, más del 15% del conjunto de la provincia.

¿Qué tipo de empresas han solicitado estos créditos? 
Ha habido mucha petición preventiva, aunque muchas empresas no han utilizado las líneas ICO. Los fondos disponibles de las empresas en nuestra entidad están a niveles de diciembre del pasado año, es decir, no ha habido un deterioro de la liquidez de las empresas sino que esta se mantiene.   

¿Descartan, por tanto, un inminente aluvión de quiebras?
Los riesgos se van apagando. No vamos a vivir lo que ocurrió en la anterior crisis. La morosidad empresarial no ha aflorado, la mayoría aguanta perfectamente y está en una situación de recuperación importante. No tengo temor a un crack generalizado. 

¿Y fundadas esperanzas en los parabienes de los fondos europeos para la recuperación? ¿De Burgos?
Buena pregunta. Se habla mucho del tema pero aún no se ha materializado. Mis sensaciones son que tenemos como país, comunidad y provincia una oportunidad enorme de utilizar unos fondos que ha proporcionado Europa como nunca en la historia. Pero esos fondos no son para generar demanda a corto plazo para salir de la crisis, sino para acelerar un cambio estructural de la economía. Mi sensación es bastante negativa en este sentido. A expensas de analizar las cifras finales, lo que conozco es que una buena parte de estos fondos van a ser utilizados por las empresas estratégicas españolas (no doy nombres) para suplir lo que ellas tenían que hacer con sus propios medios y tienen capacidad para hacerlo. Por otro lado, veo proyectos desde el sector público -y no me refiero a Castilla y León- de dimensión faraónica, tipo burbuja inmobiliaria de antes de 2008, con los mismos excesos y planteamientos absurdos. Si se les dota de fondos, vamos a caer otra vez en el error del desperdicio. Una tercera línea que veo es el enorme problema de capilaridad: la pyme y la micropyme no van a ver absolutamente nada de este dinero. Falta conocimiento para acceder a este tipo de ayudas (nosotros hemos instalado un asistente en nuestra web con esta finalidad) y hay una sensación generalizada de que ‘¿a mí me van a dar algo...?’. El cambio estructural de la economía lo tenemos que hacer todos y no solo los grandes. 

¿Teme que Burgos se quede en el camino?
Creo le va a ocurrir lo mismo. Sí, tiene un fuerte peso industrial, pero basado en las pymes, salvo a algunos grupos empresariales muy fuertes. 

¿Le preocupa que la provincia no sea capaz de dar el salto a la nueva economía?
En Burgos saltará quien tenga que saltar. No va a depender de los fondos europeos ni de del sector público. El evolucionar es una cuestión de los buenos empresarios, los que saben oler las oportunidades y gestionar el cambio. En ese sentido, nuestra iniciativa privada industrial es muy potente y muchos están en el camino de la transformación, al margen de los estímulos europeos. 

¿Qué proyectos podría apoyar Europa?
Veo un enfoque demasiado centrado en el hormigón y en el cemento.  Hablamos del Parque Tecnológico, del proyecto, de la urbanización..., pero no oigo nada de un estudio de los parques tecnológicos con éxito de todo el mundo, de los factores de éxito de este proyecto, que no residen en el cemento y el hormigón. Ya vivimos una época en la que todo pueblo tenía su polígono industrial, que ahora están vacíos. Es fundamental un Parque Tecnológico, lo que llevamos reclamando a las autoridades desde hace muchos años, pero hay que tener claro cómo se va  a desarrollar en lo cualitativo, no en las hectáreas. De estos análisis oigo muy poco, ni de cómo el sector público va a promocionarlo. Con iniciativa público-privada se puede montar un plan estratégico para el desarrollo del Parque Tecnológico. En Burgos no vamos a inventar la rueda, tenemos que conocer cómo han logrado el éxito los demás. Echo de menos ese instrumento público-privado que nos permita hacer una reflexión para que el hormigón y el cemento tengan éxito.

¿Van a seguir desapareciendo sucursales de los pueblos?
El peso de nuestra red rural sobre el total de la entidad es enorme, mucho mayor que la media del sector. Dicho esto, nos enfrentamos a un proceso muy complejo. Estamos luchando para evitar que se produzcan cierres pero existe una migración del ámbito rural al urbano. Los pueblos continúan envejeciendo y el usuario bancario envejecido no contrata productos, solo maneja la cartilla, el efectivo. Los tipos de interés son negativos y es muy poco rentable mantener la red rural. No creo que el resto de la banca la vaya a mantener y nosotros lo haremos hasta el límite de lo que podamos mantenerla. Hay que tener en cuenta que nos debemos a los socios, que han puesto un patrimonio en la Caja y que debemos garantizarlo. No podemos ir a situaciones de no rentabilidad. Podemos ser más flexibles a la hora de mantener sucursales abiertas aunque no sean demasiado rentables. Seguimos con esta apuesta pero, aclaro que no porque haya una oficina en el entorno rural, el entorno rural va a permanecer. La gente quiere futuro para sus hijos, quiere servicios y no solo una oficina bancaria, sino un ambulatorio, una farmacia, un estanco, su escuela... Algo imposible si no hay habitantes.

¿Cómo recibe el discurso de la recuperación de la España vaciada?
Es un discurso muy romántico aprovechando la tecnología. En Madrid te puedes ir, entre comillas, a la zona de la Sierra, que no es el desierto de  Castilla. Creo que hay que apostar por concentrar los esfuerzos de la defensa del entorno rural en las cabeceras de comarca, porque si se defienden pueden sostenerse unos servicios mínimos que permitan el anclaje de población. Construir un frontón o un polideportivo en todos los pueblos no va a ayudar, hay que concentrar esfuerzos donde realmente tienes alguna opción para luchar. 

¿Van a seguir creciendo las comisiones por los servicios financieros?
Se ha producido un cambio de paradigma. Estábamos acostumbrados a unos tipos de interés bastante altos y, a partir de los mismos, se ganaba mucho dinero otorgando préstamos. No se cobraba por los servicios básicos y el consumidor se ha acostumbrado a que fuesen gratuitos. Ahora los tipos son negativos y no se gana casi con los préstamos. No podemos seguir subvencionando los servicios básicos y estamos asistiendo a un cambio de paradigma: hay que cobrar por los servicios prestados, como ocurre en una panadería. El pago por móvil tiene detrás unas inversiones tecnológicas brutales y parece que no se tiene que cobrar por este servicio. Los cobros por servicios bancarios han venido para quedarse, como ocurre en Europa desde hace muchos años.

¿Ganan clientes al calor de las fusiones de los grandes bancos?
Nosotros seguimos con nuestra estrategia de crecimiento sostenible y ganamos cuota de mercado año tras año. Poco a poco. Hay un nicho muy importante de clientela financiera que quiere compatibilizar la presencia local y la relación personal con todos los servicios digitales. En la banca digital todo va muy bien hasta que tienes un problema, que es cuando empiezas con teleoperadoras y asistentes inteligentes en el móvil. Mucha gente valora la oficina y su asesor de confianza.

¿Qué le parecen todos estos ERE de la banca con miles de salidas y para los que incluso hay lista de espera?
Desde 2008, los trabajadores de banca se han reducido en un 54%. Hoy hay menos de la mitad y son miles de salidas. Nosotros no hemos hecho nunca un ERE ni nos lo planteamos. El consumidor bancario está más informado y es más exigente. Reclama, con toda la razón, sus derechos. Trabajar en una oficina bancaria es más complicado que hace unos años porque las exigencias normativas y regulatorias tornan el trabajo muy exigente. Es un trabajo  con un plus de estrés, en tanto en cuanto a la banca se le ha satanizado. Antes era un trabajo con glamour  y ahora no, hay una gran presión para obtener objetivos comerciales. Si se propone un EREque cubre las necesidades de la gente de más edad, todos quieren salir. No es un sector en crecimiento y la reestructuración no ha terminado.

¿Ustedes van a crear empleo?
Buscamos un perfil más cualificado, del empleado que da servicio al que asesora, lo que exige más formación y conocimientos. Es una oportunidad muy buena para los titulados. Aquí el 80% de las transacciones sin valor añadido se hacen por medios desasistidos. Nos estamos volcando en el asesoramiento personalizado.

¿Cuál es su primer balance del año del VIII Centenario de la Catedral?
El próximo Boletín de Coyuntura Económica, que se presentará a principios de 2022, valorará el impacto diferencial que sobre el sector servicios de Burgos ha tenido el VIII Centenario. Desde el punto de vista cualitativo, mi impresión ahora es muy positiva. Todos los cientos de iniciativas de la Fundación, con la que hemos colaborado (así como con el Cabildo), han hecho que, frente a no haber tenido nada, ha habido un impacto sobre la economía. ¿Cuánto? lo veremos en el Boletín, donde nos centraremos en el impacto diferencias que hemos tenido con respecto a otras provincias de la comunidad autónoma.

¿El ambiente de adelanto electoral que vivimos este otoño ayudará a la recuperación económica?
Lo que pone en riesgo es la velocidad e intensidad de la recuperación.  Es evidente que un proceso electoral no ayuda a generar más certidumbre, pero el empresariado ya sabe perfectamente desarrollar sus negocios al margen de la política.