«El mundo le ha dado la espalda a Afganistán»

ANGÉLICA GONZÁLEZ
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La llegada de los talibanes a Kabul en verano de 2021 estremeció al mundo, que vio asombrado cómo los afganos intentaban salir de allí en aviones atestados de gente, muchos arriesgando su vida. ¿Alguien se pregunta ahora qué ha sido de ellos?

Saboor explica con gestos cómo se las gastan los talibanes si algo no les gusta. - Foto: Patricia

Abdul Saboor -de 35 años y la cabeza muy bien amueblada- quiere creer que la actual y terrible situación de Afganistán no puede mantenerse mucho en el tiempo: «A todos los que trabajaban para los americanos o los europeos les consideran espías, les paran por la calle, les piden el teléfono, les miran los contactos y las fotos y les preguntan sobre quienes aparecen en ellas y si no les gusta lo que ven les llevan detenidos».

Shakeba añade que han cerrado las escuelas para las chicas (que solo abrirán si no tienen presiones exteriores o si el resto de países reconoce el régimen, es decir, si el mundo se somete a un chantaje en toda regla con las mujeres como moneda de cambio) y que las disparan a los tobillos si se les ven por debajo del burka: «En unos meses hemos retrocedido más de 25 años».

Ambos, no obstante, creen que tiene que haber una salida antes o después: «Nos encantaría volver a nuestra tierra, claro, pero ahora mismo es imposible. Quiero pensar que esto cambiará en el futuro porque, como todo el mundo, queremos volver a nuestra casa a nuestro país», añade este joven, que es muy firme también cuando dice que él no está en España por caridad sino porque durante años trabajó para la Unión Europea: «Hay mucha gente como yo que se ha quedado allí y que prometieron sacarlos, unas promesas que se han olvidado porque antes todo el mundo miraba a Afganistán y ahora el mundo le ha dado la espalda porque está pendiente Ucrania».

En este sentido, dice que incluso en España le está afectando, en tanto que refugiado, el foco que se ha puesto en el país europeo invadido por Rusia: «Había una ONG que me iba a ayudar a encontrar una vivienda en Madrid pero ahora se ha retrasado o se ha olvidado por la emergencia que viven los ucranianos».