La nariz roja siempre vence

ALMUDENA SANZ
-

Los burgaleses Fernando Ballesteros y Quique Méndez y la bilbaína Xandra Gutiérrez viajan el lunes a la frontera de Polonia con Ucrania y Bielorrusia para alegrar los corazones de los refugiados

Quique Méndez (i.) y Fernando Ballesteros, que se comunicaron con Gutiérrez por teléfono, ya preparan la maleta. - Foto: Patricia

Una enorme maleta, con el ya reconocible distintivo de la ONG Payasos Sin Fronteras, aguarda aún abierta en el local de Jean Philippe Kikolas en La Parrala. Mazas circenses, sombreros locos, narices rojas, un acordeón, un ukelele, bocinas... Todos estos cachivaches viajarán con los burgaleses Quique Méndez y Fernando Ballesteros y la bilbaína Xandra Gutiérrez a la frontera de Polonia con Ucrania y Bielorrusia. Pero lo más importante no se encuentra dentro de esa valija, sino que lo llevan puesto. Y es el afán de estos tres payasos por reconfortar y alegrar los corazones de los refugiados que han tenido que huir por las guerras. Trazarán una gira por Varsovia, Bia?a Podlaska, W?odawa y Lublin, con el apoyo en el territorio de la Fundación Sztukmistrze, una asociación circense que desarrolló una pata solidaria para volcarse con quienes huyen del conflicto. 

Parten el lunes y regresarán el 14 de marzo. Actuarán en centros de recepción de refugiados, lugares de paso (la teoría dice que no pueden permanecer más de un mes, aunque no siempre se cumple), con población ucraniana, chechena, kosovar e incluso polaca, además de tener prevista alguna función ante la comunidad gitana. 

Ni para Ballesteros ni para Méndez es la primera vez. Sí para Xandra, que va con todas las expectativas. El primero estuvo en campos sirios en Líbano en torno a 2016, no recuerda el año, mientras que el segundo es un veterano. Tras su primera expedición en 2007, también a Líbano -«yo pensaba que iba a la guerra, pero una vez en el territorio ves que la seguridad es lo primero»-, ha repetido en Kosovo y Palestina. 

«Mis expectativas siempre están a tope. Esta gente vive una situación tan al límite que, de repente, llegar ahí con unos platillos y romper su rutina o con unos zapatones grandes que los hacen saltar o bailar es un mundo», ilustra Méndez, que llama la atención sobre la novedad que supone para él viajar a Europa, no a una zona en conflicto, como en sus anteriores veces.

En estas expediciones se ve el payaso como una forma de vida» 

No llevan un espectáculo concreto. Se trata de hacer magia, circo, música en directo... y jugar. «Basta -anota Ballesteros- con que sientan que a alguien fuera de sus fronteras les importa su situación, que gente a miles de kilómetros de distancia están preocupados por ellos». Y es que ambos destacan la dimensión humana de estas iniciativas. «La labor artística queda en un segundo plano y prima la humanitaria. Somos unos mensajeros de la risa para niños desplazados de sus casas, con un estrés psicológico que una risa puede aliviar», apunta Ballesteros y observa Méndez como los payasos son los únicos que viajan sin material para entregar en destino. «Pero creemos que esto inmaterial que dejamos dura más que una manzana o una manta», aventura y ambos subrayan el poder de transformación de esas risas, un lenguaje universal que todas las culturas entienden, en la mente de un niño: «Le puede cambiar la vida». 

Xandra escucha atenta a sus colegas. Solo acierta a decir que va con todo. «Voy a descubrir; creo que será una experiencia bastante fuerte y que hay que vivir para saber cómo es», cuenta por teléfono. 

Todo está perfectamente planificado. Payasos Sin Fronteras ya organizó el año pasado 9 expediciones a Polonia, con 32 artistas y más de 11.500 espectadores (estuvo también en 2018 y 2019 por el conflicto del Donbass), que, unido a sus 30 años de existencia, garantizan el éxito. Pero no deja de ser una situación de emergencia y la improvisación y espontaneidad son inevitables. «Aquí es donde se ve el payaso como una forma de vida», remacha Méndez presto a sacar la nariz roja las 24 horas del día. 

La labor artística queda en un segundo plano y prima la humanitaria, somos mensajeros de la risa»