Matan a una misionera burgalesa en República Centroafricana

I.E.
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El cuerpo de Inés Nieves Sancho, de 77 años, fue localizado el lunes en la aldea de Nola, detrás de la casa de la pequeña congregación a la que pertenecía. Ayudaba a los desfavorecidos de ese país desde 1996

Matan a una misionera burgalesa en República Centroafricana

Una misionera de 77 años, nacida en la provincia de Burgos, murió decapitada en la madrugada del domingo al lunes en una aldea de la República Centroafricana donde prestaba ayuda a mujeres y niñas  para que tuvieran un futuro mejor. Unos desconocidos la sacaron de su habitación -vivía sola- y la trasladaron al lugar donde enseñaba a las menores a coser, donde la mataron, le cortaron la cabeza y la mutilaron, según publica L’Osservatore Romano. La religiosa, de la congregación de las Hijas de Jesús de Massac Seran, se ordenó en Francia y fue enterrada ayer mismo en Nola, el pueblo donde fue asesinada, por deseo de sus familiares, según aseguró el obispo auxiliar de Bangassou, el burgalés Jesús Ruiz.

 

Él la conoció el año pasado y no se explica las razones del asesinato. De hecho, apunta a tres hipótesis distintas: la del rito satánico, que abunda mucho en la República Centroafricana; el del robo, y la de que fuera víctima de grupos armados. Según señala Ruiz, la zona donde trabajaba Inés Nieves Sancho «es tranquila, en estos momentos no hay mucha violencia», pero al mismo tiempo admite que se hallaba en «una situación de riesgo», a lo que hay que sumar que «vivía sola». Otras fuentes no descartan que pudiera haber caído en manos de una banda de traficantes de órganos. Ningún grupo armado ha reclamado la acción y un diputado del país, Jean Marc Ndoukou, acusó a las autoridades locales de no querer aclarar los hechos.

La monja llevaba 27 años de labor humanitaria en el país africano, la mayor parte del tiempo en la prefectura de Sangha-Mbaéré, en la zona suroeste, cerca de la frontera de Camerún. Además, se había quedado sola en ese lugar desde hace tiempo, según reconocen compañeras de misión en África. Elvira Tutolo, de las Hermanas de la Caridad de Santa Giovanna Antida Thouret, declaró que «había querido quedarse a toda costa», hasta agotar las fuerzas que le quedaban. Cuando vio a Inés por última vez, en la pasada Pascua, le dijo: «No estoy sola, hay chicas», en referencia a las niñas a las que educaba en un complejo de chozas y edificios para tratar de que lograran una vida mejor. Monseñor Juan José Aguirre, titular de la diócesis de Bangassou desde el año 2000, confirmó ayer a la Cadena Cope el fallecimiento. Los que la conocieron aseguran que Inés era una mujer «amable y pacífica», indicó. A pesar de su avanzada edad, quería permanecer en la zona ayudando hasta que las fuerzas se lo hubieran permitido.

La congregación de las Hijas de Jesús -homónima pero diferente de les Filles de Jesus de Massac (Francia)- lamentaron ayer el asesinato de la misionera y oraron por ella.

Al pésame también se unió el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, quien envió un saludo de cariño a su familiares a través de su cuenta de Twitter.

 

Según indicó el obispo auxiliar de Bangassou, Jesús Ruiz, la religiosa burgalesa fue enterrada en el pueblo de Nola ayer a las ocho, por deseo expreso de los familiares de la mujer.