Páginas para esos locos bajitos

ALMUDENA SANZ
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El éxito del club de lectura familiar puesto en marcha hace más de diez años en la Biblioteca Pública, pionero en la Comunidad, constata el interés de los niños por la literatura

Niños y padres se reúnen un viernes al mes en la sala infantil de la biblioteca de San Juan con el objetivo de acercarse a las historias de una forma diferente. - Foto: Patricia

Acercarse de una manera original a los libros, descubrir géneros nuevos, compartir un rato diferente con sus padres, abordar las historias como un juego, incitar a seguir la pista a escritores y, sobre todo, divertirse leyendo son las metas que persigue el club de lectura familiar de la Biblioteca Pública (San Juan) desde su puesta en marcha hace más de diez años, cuando el servicio se encontraba aún en la calle Valladolid. Angélica Gago, Margarito, ha estado al frente de esta iniciativa desde el principio y, sin la más mínima duda, afirma que han cumplido la misión de largo. Hans Christian Andersen, el escritor responsable de que el sábado se celebrase el Día Internacional del Libro Infantil y Juvenil, se sentiría orgulloso de esa victoria. 

«Con el club descubren que pueden hacer muchas cosas con los libros, que no se acaba cuando se lee, sino que luego se puede jugar con él. Eso es lo que se llevan, además del placer de la lectura en sí», concluye Gago al tiempo que advierte que este formato fue pionero en Castilla y León, donde había club solo para niños, y que algunas bibliotecas lo exportaron, «aunque no prolifera mucho». 

Antes de la pandemia, tenían dos grupos, de 6 a 8 años y de 9 a 12 años, pero la lenta vuelta a la normalidad ha hecho que empezaran con tiento. «Los hemos llenado todos los años, siempre con lista de espera», presume esta cuentera que se reúne una vez al mes con el grupo, ya una gran familia, y confiesa que cualquier libro solo por ser el del club ya es especial. 

«Tocamos temas muy variados y todos los géneros, sobre todo aquellos que ellos no cogen por sí mismos como cómic, poesía, teatro, clásicos... Y siempre, siempre es enriquecedor», enfatiza y, más allá de lograr que esos pequeños juren amor eterno a la lectura, le interesa ver a padres con su hijos haciendo una actividad juntos. «Los padres se sorprenden de los niños, estos se olvidan que sus progenitores están allí y sueltan todo con una naturalidad increíble», anota y, como botón de muestra de los libros que han pasado por este foro, enumera el último, La abubilla Alicia, del burgalés Gonzalo Díez García, Chapu; el actual, el poemario Abecé diario, de Raúl Vacas; y el próximo, Los distintos, de Mónica Montañés. 

Mi título favorito es... 

Marina Capitán (7 años): Las ratitas. Ni un segundo se lo piensa al escoger esta serie. «Es emocionante», dice y comenta su padre, Raúl, que por las noches se duerme leyendo.     

Lucía Guilarte (9 años): Mirabella y el hechizo del dragón. Asistió al club hasta que cumplió los 8, ayer estaba de paso y apunta que lee cuando tiene tiempo libre o se aburre.  

Paula Barrio (6 años): (No hay solo uno) Le gusta mucho leer, por las tardes, y, a bote pronto, no recuerda cuál es su favorito. Al club va con su hermano y con su madre, Judith.  

Victoria Guilarte (8 años): El rey león. Asegura que le encanta leer mucho más que a su hermana y a veces lo hace con su mamá, Mónica Villamudria, que habla maravillas de este club.  

Lucas Barrio (8 años): Geronimo Stilton. Los que más le enganchan son los libros que protagoniza este ratón bibliófilo, aunque también se divierte mucho con Los futbolísimos. 

Vega Sanz (6 años): Los diarios de cereza. Los cómic de esta niña que quiere ser escritora son los favoritos de esta pequeña, que devora por las noches en la cama con su mamá.

Daniel Pérez (6 años): Geronimo Stilton. Lee desde muy pequeño, y mucho. Y, como su primo Lucas, su favorito es el ratón más famoso de la literatura, al que suele sacar de la biblio. 

David Ortiz (7 años): Diario de Greg. Solo ha terminado la última entrega, Arrasa con todo, y le ha encantado. Lee «cada día un poco por las tardes» y los busca en el cole y en la biblioteca. 

Julia Pérez (7 años): El cumpleaños de pupi. Todas las tardes se adentra en el libro que cada semana le piden en el colegio. Pero también en otros, como con este de El Barco de Vapor. 

Pablo González (7 años): Perro apestoso. Ese chucho que vive en la basura se deja querer por este niño que se apuntó al club porque le gustaba leer y para «aprender a leer mejor».