Esther Alonso

Ser o Tener

Esther Alonso


The Queen versus Paquito

05/10/2022

Si algo nos ha recordado el largo funeral de Isabel II es que noble o plebeyo, bueno o malo, alto o bajo, todos alcanzaremos la misma casilla de nuestro tablero, la última. 

De acuerdo al protocolo inglés, la despedida de la reina se realizó siguiendo las instrucciones indicadas en el documento El puente de Londres se ha derrumbado, en el que se había determinado, por la propia fallecida, hasta el último detalle de los nueve días que duraría el funeral.

Muy próxima a la muerte de la soberana del Reino Unido, se produjo la del jiennense Miguel López, quien, en su caso, había comunicado de forma sencilla a su familia su última voluntad cuando le fueran a echar la tierra encima: que una comparsa acompañara su cuerpo hasta el cementerio bajo los acordes de Paquito El Chocolatero.

Las vidas de Isabel y de Miguel fueron tan radicalmente diferentes como lo fueron sus finales, un abismo de idéntica magnitud como la que existe entre el God Save the Queen y el Chocolatero. No obstante, en ambos casos se aprecia la importancia de los símbolos, y las carencias que, en España, en general, y en Castilla y León, en particular, tenemos de ellos.

La convicción generalizada de que la bandera española es patrimonio de los partidos de derechas y sus simpatizantes, un himno nacional sin letra, una comunidad como la castellano y leonesa carente si quiera de una melodía que pueda hacer unir musicalmente a esta región patchawork, al menos, a través de la una partitura, da buena cuenta de que en el ámbito de la política emocional, la transición española fue ingenua, lo cual provocó que se extendieran entre los españoles y castellanos ciertos complejos sobre la forma de demostrar su amor hacia su territorio. 

El pasodoble valenciano que Gustavo Pascual compuso en 1937 para su cuñado Francisco, vendedor de chocolate y amante de la jarana, es, según la SGAE, una de las canciones más reproducidas anualmente en España. En el Reino Unido, la particular versión de su Save the Queen del mítico grupo punk Sex Pistols, crítica con el conformismo de la sociedad británica de 1977, supuso, finalmente, un revulsivo para la Corona, quien aún continúa utilizándola para su merchandising patriótico.