Frías amplía su oferta hostelera al abrir tres negocios

S.F.L. / Frías
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En 10 meses han inaugurado un bar en Tobera y en la ciudad. En Semana Santa funcionará el cámping

En el bar-restaurante Entre pozas hay posibilidad de consumir en la terraza exterior, que da a una de las cascadas de Tobera. - Foto: DB

Atender al año a más de 80.000 visitantes tiene su complejidad pero en Frías han comprobado como el turismo se ha convertido en la mayor fuente de ingresos. Cada día, los hosteleros y vecinos veían como decenas de personas se marchaban de la ciudad sin la posibilidad de comer o cenar por falta de espacio, motivo por el que tres emprendedores han optado por embarcarse en el sector hostelero en los últimos diez meses, logrando ampliar la oferta en 180 plazas.

El primero en lanzarse «al vacío» fue Jon Ander Mijangos, que encontró en una antigua casa familiar la oportunidad para no abandonar Tobera -su pueblo natal- y echar raíces de «por vida». Con una localización de ensueño con vistas y acceso directo a las famosas cascadas, el primer bar-restaurante del barrio fredense, Entre pozas, abrió sus puertas a finales de junio de 2021, y desde entonces la afluencia de clientes no le ha permitido apenas tomarse unas vacaciones.  

El local dispone de capacidad para unas 80 personas repartidas en dos comedores y la terraza, que sin duda se trata de la zona más demandada tanto en invierno como en verano por el acceso directo construido a una de las pozas. El joven empresario ha llegado a requerir la mano de obra de hasta ocho empleados en los meses más fuertes de trabajo y asegura que no puede estar más contento de lo que ha creado. Actualmente, abre de miércoles a domingos aunque el horario se ampliará de cara al buen tiempo, y ofrece menús, carta y lechazo y pollo al horno por encargo.

María Eugenia Rosales, su marido y sus dos hijas percibieron que en Frías no existían suficientes manos para ocuparse de tantos visitantes porque «muchos de los que  muy a su pesar dejaban la ciudad sin llenar el estómago acababan comiendo en el bar-restaurante que regentábamos en Trespaderne», exponen. Con ganas de cambiar de aires, tantearon también en Oña, pero finalmente apostaron por arrendar un local que llevaba años cerrado en la ciudad más pequeña de España. 

A fuego lento, ubicado en la arteria principal del municipio, se inauguró el pasado viernes por todo lo alto, con un concierto y con la lista de reservas prácticamente completa. Con posibilidad de mimar gastronómicamente en torno a 80 personas, dependiendo de si son grupos de excursiones o agrupaciones pequeñas o parejas, los clientes tendrán la opción de disfrutar del menú de entre semana, de fin de semana y platos a la carta con vistas al Pico Humión. La familia llega pisando fuerte con su comida tradicional casera con toques innovadores sin dejar de lado la elaboración de sus alubias, patas, oreja y sus cachopos. 

Por último, la construcción del nuevo cámping de Frías avanza según lo previsto y su promotor, Raúl Urruchi, calcula que la instalación ya «funcionará en Semana Santa». En un espacio de 59.000 metros cuadrados habrá cabida para unas 240 personas repartidas en 60 parcelas. El emplazamiento elegido se sitúa a 500 metros del área arrasada por el río Ebro en 2015 y a poco más de un kilómetro del casco histórico del municipio, donde se ofrecerá a los usuarios el servicio de comidas y cenas en un bar-restaurante con capacidad para unas 20 personas. 

Aún por redactar el menú, el empresario adelanta que servirán «picoteo, raciones y bocadillos», no solo a los clientes, «también a vecinos y turistas», al mismo tiempo que podrán «utilizar las piscinas», aclara.