Portugal, que había sido destino de muchos judíos españoles cuando estos tuvieron que hacer las maletas, ejecutó cinco años más tarde la misma política que los monarcas españoles. El principal destino de buena parte de ellos fue los Países Bajos, que les abrieron los brazos. Tan es así que Ámsterdam se consideró en los siglos XVI y XVII como una nueva Jerusalén. En la próspera y florenciente ciudad holandesa y en seno de una familia sefardí nació en 1632 Baruch Spinoza, considerado uno de los grandes filósofos racionalistas junto a Descartes y Leibniz.
Aunque siempre se ha considerado que el origen de Spinoza era sefardí portugués, el gran pensador español Salvador de Madariaga desarrolló en los años 70 del pasado siglo una teoría bien distinta, atribuyendo a la familia del filósofo cartesiano un origen Español y, por más detalle, burgalés.
En su estudio Benito de Espinosa, publicado en la revista Museo Judío en 1977, el intelectual gallego escribió: «Aunque vio la luz en Ámsterdam..., Benito Espinosa era oriundo de Espinosa de los Monteros... El disfraz que se le ha echado sobre su preclaro nombre –supresión de la E inicial, sustitución de la S por la Z y hasta ese «Baruch», hebreo de Benito– no parece haberse debido a iniciativas suyas, sino al celo de los eruditos que en todas partes han procurado deshispanizar a los prohombres que llevaban su nombre con garbo de Castilla. Su familia, que siempre se da como portuguesa, era española: tan española, que lo hizo educar en la escuela judeo-española de Ámsterdam, cuyo vehículo para la enseñanza era el español. Su lengua y su biblioteca españolas eran».
Sus padre firmaba los documentos con el nombre de ‘Miguel de Espinosa’. Otro historiador, Felipe Torroba Bernaldo de Quirós escribió : «Spinoza, el último representante en Occidente del verdadero pensamiento hebraico, era descendiente de una familia de judíos españoles. Sus antepasados huyeron a Portugal y los Países Bajos a causa de las persecuciones religiosas y era probablemente oriundo de Espinosa de los Monteros. el propio Benito tomó como divisa es su escudo la rosa con espinas, alusiva a su linaje».