"La amenaza combatirá fronteras e identidades"

Carmen Naranjo (EFE)
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El filósofo Javier Gomá cree que, a pesar de que la ciencia siempre ha sugerido que la raza humana es casi perfecta, un virus como el actual hace ver su fragilidad, como si se tratara de una especie protegida en peligro de extinción

"La amenaza combatirá fronteras e identidades"

Después de que la ciencia hubiera sugerido que la raza humana iba a ser casi perfecta, un virus surgido de la naturaleza hace ver su fragilidad, como si se tratara de una de esas especies protegidas en peligro de extinción. Esta amenaza, en opinión del filósofo Javier Gomá, fortalecerá un sentimiento de fraternidad de la humanidad que combatirá fronteras, identidades y regionalismos.

Gomá (Bilbao, 1965), filósofo, escritor y ensayista, director de la Fundación Juan March analiza los posibles escenarios que la pandemia dibuja en el futuro tanto de España como en el resto del mundo, el creciente malestar que observa en los ciudadanos debido a la situación de confinamiento y cómo se puede aprender de episodios históricos que traumatizaron y transformaron la sociedad.

Para Gomá, la población ha aceptado el arresto domiciliario y el empobrecimiento con el fin de proteger a los mayores, con los que más se ensaña el virus. «¿Es esto un ejemplo de dignidad, de ejemplaridad, de solidaridad o lo es de docilidad? En España cada vez se percibe más un sordo murmullo que cualquier día se convierte en grito contra el confinamiento».

Sin embargo, no sabe hasta dónde podrá llegar esa rebelión contra esta situación. «La gente, en un primer momento, llevada por la angustia y la conmoción, aceptó ese cambio de costumbres tan radical, pero a medida que va pasando el tiempo, esa docilidad inicial está empezando a cambiar», explica.

Para el escritor, si el Gobierno proclama las medidas más severas del mundo y al mismo tiempo tenemos el récord de muertes por habitante, es lógico que uno se pregunte si el sacrificio inmenso que está haciendo tanta gente es proporcionado al resultado o no. «Percibo una tendencia a la desobediencia que se está gestando».

Además, Gomá se muestra convencido de que la sociedad no confía en los políticos. «Un pueblo maduro, como creo que es el español, pone su confianza en las instituciones , en las profesiones, en la ciudadanía y no tanto en la política», asevera.

Sin embargo, reconoce que no tiene una varita mágica para saber si el Gobierno que preside Pedro Sánchez saldrá mal parado de esta situación. «Una vez leí un estudio que mostraba que en una parte de Estados Unidos cada vez que había un terremoto, un huracán... la sociedad tendía a castigar al gobierno, aunque no hubiera hecho nada. En nuestra experiencia, ocurre en ocasiones que un amigo te da una mala noticia y acabas cogiéndole manía, aunque no te haya hecho nada. Por ejemplo, Churchill lideró la resistencia de la democracia en Europa frente al totalitarismo nazi y luego capitaneó con los norteamericanos la victoria de la Segunda Guerra Mundial. Y se presentó a las elecciones y perdió. Porque hay un momento en el que asocias el dolor y la amargura, la frustración y la pobreza a unas personas y quieres un cambio».

Asimismo, opina que es muy frecuente que uno castigue a quien asocia a un mal colectivo como el que nos está ocurriendo, salvo que sientas que esa persona te puede seguir salvando del mal. «Este hecho está pasando en Alemania con Angela Merkel, que tiene ahora casi más popularidad que al principio de su mandato porque los alemanes la han visualizado como una persona fuerte. En lo que se refiere a nuestros gobernantes, dependerá de si ellos son capaces de transmitir la imagen de que son quienes nos libran del mal o los asociamos inevitablemente al mal».

La amenaza del Covid-19 se ha extendido a nivel mundial, y el ensayista se muestra convencido de que cambiará el sentir de la población, a pesar de que la ciencia siempre ha sugerido que la raza humana iba a ser casi perfecta, combatiendo el envejecimiento y la muerte. «Somos una especie frágil, ya no es impensable la extinción de la raza humana, No va a ocurrir esta vez pero... ¿y el siguiente virus, si es más rápido, más letal, si muta con más facilidad?».

«En este momento estamos todos unidos por una misma amenaza, por un mismo peligro, y eso fortalece un sentimiento cosmopolita. No existe más que una raza y un principio, que es la dignidad del ser humano. Y todo eso tenderá a diluir problemas de identidad, problemas territoriales, de fronteras, localismos, particularismos....».

Javier Gomá no sabe cómo va a terminar esta crisis, aunque está seguro de que se recordará como una experiencia traumática que dejará ¡un poso de amargura y empobrecimiento a gran parte de la población. «La Guerra civil dejó un dolor de tales proporciones que, cuando terminó la dictadura, de una manera tácita toda una generación se dijo que no podía volver a ocurrir. Y desde finales del siglo XIX se fue gestando el reconocimiento de los Derechos Humanos, pero todos los intentos fueron fallidos. ¿Qué se necesitó? No una guerra, sino dos para que la Humanidad se diera a si misma una declaración de Derechos Humanos».

El último libro que ha publicado el bilbaíno es un ensayo filosófico llamado Dignidad en el que analiza este concepto que ahora se asocia a la crisis sanitaria que se está viviendo en España. «El que la sociedad aceptara su arresto para proteger a los mayores es un tributo a la dignidad. Pero siempre y cuando el resultado sea que aceptamos la ruina económica a cambio de la salud. Si lo que tenemos es la ruina económica y el liderazgo en muertes es cuando uno puede pensar que el sacrificio es inútil».

«La dignidad incluye también el momento de la muerte, y hemos visto muchísimos casos que, por los condicionantes de la lucha contra el virus, han fallecido solos, sin duelo ni ceremonias. Y esto cuestiona si esa muerte es acorde a la dignidad del ser humano».