Martín García Barbadillo

Plaza Mayor

Martín García Barbadillo


Vadillos, por supuesto

06/12/2021

La Federación de Empresarios de Comercio (FEC) premió la pasada semana a los comerciantes de Vadillos por su labor, así en conjunto. Se trata de un galardón nuevo que pretende reconocer a zonas o barrios que den un servicio completo a los consumidores sin que estos tengan necesidad de acercarse a las grandes superficies, así como por sus iniciativas durante la pandemia.

Esta zona, en la que viven más de 18.000 personas, cuenta con 291 locales comerciales. En la FEC han destacado la variedad de los negocios. Hay de todo, según apuntan, menos droguerías, tiendas de deportes y negocios dedicados a la telefonía. Aunque según dónde se pongan los límites del barrio, a mí se me ocurren algunos locales de estos rubros.

Es curioso porque lo que se ha premiado es, simplemente, la idea que uno tiene en la cabeza de un barrio. Un lugar con vida, comercio variado, tiendas, colegios, bares o mercerías. Pero resulta que ese modelo es ahora excepcional; las ciudades han decidido crecer con otros parámetros: barrios donde solo se duerme, repletos de calles vacías como en el día después del apocalipsis; construcciones con vallas un metro delante de los portales y un jardín de juguete entre medias; urbanizaciones sin bajos comerciales que jamás albergarán comercios; centros históricos como parques temáticos... Se ve que por ahí va la cosa.

Por eso, tal vez, han premiado a Vadillos, porque sigue siendo un barrio. Es además, o precisamente por eso, un lugar muy agradable. Está construido a escala humana, con edificaciones no muy altas, algunas bellas, en calles salpicadas de acacias y está un paso del centro (sin serlo) y al lado del Castillo. Uno siempre encuentra gente; puede ir a comprar este periódico al estanco de la Avenida del Cid, cenar clásico y bien en la bodega El Retiro o en La Española, comer o comprar sano en el Masala, echar un ojo en la Estación de bicicletas, ver un concierto en algún garito de Reyes Católicos, o comprar hilo y botones en la mercería Fabiola, como hacía mi madre hace 40 años. Y lo mejor: Vadillos no va de nada, no pretende ser lo que no es.

Un barrio así, con su ubicación, en otras ciudades sería pasto de la gentrificación. Se pondría de moda, la gente se pegaría por vivir ahí, subirían los precios... Aquí no lo es. De momento, eso sí, es un barrio con premio, merecido además. No deje de probarlo. Salud y alegría.