A la tercera ¿va la vacía?

P.C.P.
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Plantean la opción de no intervenir tras fracasar los dos primeros sellados de las fugas de agua en una laguna deNeila

Imagen de octubre de 2020, que muestra la Laguna de Los Patos con un caudal inferior al habitual. - Foto: F2estudio

Medio llena o medio vacía. A ese dilema se enfrenta el Patronato del Parque Natural Lagunas Glaciares de Neila cuando mira hacia Los Patos, una de las menos visitadas hasta que en 2018 comenzó a perder agua por una misteriosa fuga cuyo origen aún no se ha podido determinar y para la que tampoco se ha encontrado la solución definitiva. 

Tras la primera «bajada desproporcionada del nivel» de la laguna de Los Patos, que llegó a perder 4.500 metros cúbicos de agua en el verano de 2018 hasta quedarse prácticamente vacía, el Servicio Territorial de Medio Ambiente explica que se optó por «métodos poco agresivos con escaso uso de maquinaria pesada y mínimo movimiento de tierras», respetuosos con el entorno natural. 

Al año siguiente volvió a suceder, por lo que probaron con una actuación más contundente, «consistente en la apertura del dique a mayor profundidad con maquinaria pesada para identificar el camino de salida del agua a través del dique y proceder a su sellado en el punto de menor sección, con objeto minimizar el empleo de producto sellante», detallan.

«A pesar de estas dos intervenciones, se ha seguido observando una bajada del nivel de las aguas durante el verano» pasado, sin que se haya aprovechado la oportunidad de atajar el problema, según la Junta porque «la situación generada por la COVID-19 ha impedido tanto un seguimiento regular y concreto del nivel de las aguas, como la ejecución de los trabajos definitivos de sellado», que solo se pueden realizar « cuando el nivel de las aguas sea lo suficientemente bajo como para poder actuar en los lugares de pérdida sin que las propias aguas impidan su correcta ejecución», esto es, a finales del verano o principios de otoño, siempre que sea una estación seca.

Este año de pandemia ha servido también para reflexionar y abrir una tercera vía ante el fracaso de las iniciativas anteriores, que es la no intervención. «Es decir, dejar que los niveles de la laguna se adapten a los aportes y pérdidas naturales, incluidas la presencia de la fisura» aparecida en 2018. Desde el Servicio Territorial de Medio Ambiente de Burgos consideran que, lejos de resultar negativo para el Parque Natural, podría contribuir a enriquecer la flora y ampliar la diversidad y riqueza medioambiental del complejo glaciar, al favorecer la aparición de un tipo de vegetación diferente al del las lagunas que no experimentan tantas variaciones del volumen de agua. 

«Las menores profundidades obtenidas generan condiciones de turbera con mayor presencia de vegetación acuática y briófitos asociados a habitats perilagunares de gran interés botánico; frente a las condiciones lagunares asociados a mayores profundidades donde no se obtiene las condiciones favorables para la presencia de aquellos hábitats», apostillan los técnicos. 

La decisión final se adoptará en la próxima reunión del Patronato del Parque Natural Lagunas Glaciares de Neila.Según explican desde la Junta, «se valorarán las dos alternativas de las cuales se tomará aquella que mejor impacto ecológico resulte de su aplicación», concluyen.