Olvídense de las sillas separadas, la mascarilla y el acceso reducido. La versión al aire libre de las jornadas de puertas abiertas de La Parrala recupera su formato festivo para, además de mostrar los trabajos de sus habitantes, vivir una jornada de convivencia entre compañías y espectadores, un tándem imprescindible para que la escena siga vida. 

No sabemos si este año se pasarán por el centro de la calle Las Infantas, junto a la universidad, el medio millar de asistentes que acudía antes de la pandemia, pero salvo que la climatología se ponga pesada, en el Jardín Escénico habrá hueco para tantos como quieran venir a disfrutar de teatro, música en directo, improvisación, circo, magia o talleres.

Durante el fin de semana del 15 y 16 de octubre se han programado una docena de actividades. Aprovechando, por ejemplo, la altura y los enganches colocados en el frontón habrá danza vertical en formato taller y en el de exhibición. Los amantes de la música pueden asistir a la presentación de un grupo nuevo, Las Tormento, o acompañar a los ya clásicos Four Fiesta. Y en el caso del teatro, ver actuar a la compañía vasca Orain-Bi con Mute, espectáculo circense premiado en el festival de Leioa.

«Lo que queremos es que la gente conozca La Parrala y lo que se hace en ella. Desde que se adecentó el exterior del centro en 2018 hemos querido compartir este espacio con los burgaleses dando una vuelta a las jornadas de puertas abiertas que realizábamos antaño. Y todavía se le puede sacar más partido. El espacio tiene posibilidades para albergar un festival con varias carpas, eventos del EnClave de calle o programación específica. Solo hace falta voluntad por parte de los socios y del Ayuntamiento», sostiene Jairo Fuentes, miembro de La Parrala y uno de los organizadores del Jardín Escénico.