«El cómic vive una edad de oro en España»

ALMUDENA SANZ
-

Rodrigo Pérez Miguel, creador de la web La Comicteca, entra en la Asociación Nacional de Críticos y Divulgadores de Cómic, un ingreso que afronta como un paso adelante en su misión de visibilizar y reivindicar este género

Rodrigo Pérez Miguel, en Avalon, una de las tiendas especializadas en este género a orillas del Arlanzón, una suerte de paraíso para sus lectores. - Foto: Patricia

Rodrigo Pérez Miguel (Burgos, 1983) podría ser el protagonista de uno de los tebeos que devora desde niño, aunque sería difícil etiquetarlo. Encaja en el perfil de superhéroe, porque se ha impuesto la misión de reivindicar el cómic como un arte a la misma altura que el resto; quizás, un aventurero, porque hace unos años se lio la manta a la cabeza y puso en marcha su propia página web, La Comicteca, para dar visibilidad a todo lo que se cocina en este mundo sin importarle sortear duros obstáculos; o, tal vez, se dibujaría como el personaje principal de una historia de amor con uno de esos finales de ‘fueron felices y comieron perdices’ ya que ha conseguido entrar en la Asociación de Críticos y Divulgadores de Cómic de España, un club selecto en el que conviven premios nacionales, profesores, periodistas de medios nacionales y especializados... 

«Estoy muy ilusionado porque siempre está bien saber que puedes mover ficha para dar más visibilidad al cómic, que es lo que realmente importa», observa con entusiasmo, sentado en Avalon, una tienda especializada en la calle San Julián, una suerte de paraíso para los apasionados de este mundo a orillas del Arlanzón. 

Lo es para Pérez Miguel, que alimenta allí una curiosidad que se despertó de niño. Sus hermanas mayores le leían cuentos. Había de hadas, clásicos de los Grimm, pero también algún Mortadelo, que eran los que más le gustaban. Se los cogía y se los llevaba a su cuarto. Después, sus padres se los empezaron a comprar en el mercadillo de plaza de España y en tiendas de segunda mano. Hasta que descubrió la Biblioteca Pública. Se pasaba las mañanas de los sábados viviendo las mismas aventuras que los personajes de esas historietas. Y cuando se puso en marcha una revista cultural, él propuso dedicar una página a este género. Se llamó La Comicteca. «Ahí se publicaron las primeras cosas que escribí sobre cómic, tendría 14-15 añitos». Empezó también a conocer a gente en las librerías especializadas y a hacer sus pinitos editoriales enviando a artículos a páginas web. Y fue en internet donde descubrió un mundo sin fin y donde fijó su mirada para intentar aglutinar todos sus hallazgos. 

Nació de este modo en 2015 La Comicteca, una plataforma digital, con reseñas, entrevistas y artículos dedicados al cómic, con una colaboración periódica en Diario de Burgos, que ha ido creciendo poco a poco, con cada vez más colaboradores -ahora son 11- y un interés mayor por parte de las editoriales. También del público. Basta un dato: el pasado mes de septiembre registraron 562.000 visitas. 

El ingreso en la Asociación de Críticos y Divulgadores de Cómic es un paso de gigante en la carrera de Pérez Miguel, que, además de coordinar la web, trabaja como corrector de estilo para varios sellos. «Todo lo que signifique ayudar a que el cómic se trate como Cultura con ce mayúscula es importante. ¿Quién considera el cómic un arte? Nadie va a discutir que la literatura lo es, pero el cómic siempre ha estado apartado», se queja al tiempo que matiza que, sin embargo, se esta «quitando a pasos agigantados» la etiqueta de literatura menor. 

«Antes se asociaba con algo para niños, ahora cuando yo vengo a comprar veo gente de mi edad; hay muchos salones de cómic, antes solo eran Madrid y Barcelona; las librerías han pasado de tenerlos en una esquinita a lucirlos en los escaparates...», se explaya e incluye en esa enumeración de motivos el boom creativo del género. 

«España está viviendo una edad de oro impresionante. Hay una nueva generación de autores, la mayoría ya en la era digital, que está difundiendo y ayudando al compañero. No están endiosados. Nadie es yo, yo y mi obra, sino que internet se ha convertido en un crisol de autores. Yo he visto a alguno que ha empezado por la autoedición y ahora está en editoriales importantes y esto sin las redes sociales no existiría», advierte. 

Y si internet es el gran aliado, curiosamente, el cine se erige como la gran amenaza. Pérez Miguel se explica: «Antes descubrías el cómic por una portada en un kiosco y ahora te acercas por el cine, pero el problema es que está fagocitando al público. Algunos no saben que películas como Los vengadores o Capitán América son adaptaciones, se creen que son personajes por y para el cine, y se quedan ahí, no acuden al cómic tras ver el filme y esto es lo grave», lamenta presto a pelear para que el cómic salga victorioso en esta batalla. Y ahora, encima, con galones nuevos.