El Proyecto Aldaba nació arropado por el Ceder Merindades en 2018 con la vista puesta en reducir la brecha entre la oferta cultural y de ocio que existe entre quienes residen en las ciudades y quienes se quedan en el pueblo. Pero ya en su primera edición, las pedagogas Lorena García Villodas y Darina Baeva, las principales impulsoras del proyecto y ahora sus gestoras a través de la asociación Mirando las nubes, observaron «el valor de sacar a las personas del aislamiento». «Vimos que se valoraba mucho el estar en compañía, los encuentros, la comunicación», recuerda Lorena García, para quien «en el mundo rural siempre es necesario el encuentro porque vivimos en una comarca muy grande con pueblos pequeños y muy aislados».

Por eso el Proyecto Aldaba ha vuelto y ahora, más incluso que en sus inicios, los reencuentros alrededor de sus propuestas de ocio y cultura adquirirán un valor excepcional tras dos años de parón a causa de la pandemia. Entre los ayuntamientos, que financian las actividades gratuitas para los asistentes, hay dudas sobre si sus vecinos participarán o vencerá el temor al virus. «Hay sensación de tristeza en los pueblos, de que no hay gente...», pero Lorena García considera que hay que olvidarse de las cifras y sacar de cada taller los momentos y las experiencias que han sido «muy buenas» en ediciones pasadas.

La oferta que Mirando las Nubes realizó a los ayuntamientos iba hasta diciembre, con descanso en julio y agosto, pero todos han preferido ser conservadores y programar solo en abril, mayo y junio. En la edición de 2022, Aldaba desarrollará 40 talleres del 2 de abril al 25 de junio en localidades de diez municipios:Medina de Pomar, Villarcayo, Espinosa de los Monteros, Trespaderne, Berberana, Valle de Losa, Valle de Valdebezana y las merindades de Valdeporres, Montija y Sotoscueva. En pueblos como Rosío, Recuenco, Riaño, Villamedianas de San Román u Hoz de Arreba nunca antes han disfrutado de sus propuestas.

Las actividades que ofertarán los municipios, todas ellas guiadas por profesionales de las Merindades, son el yoga, de la mano de Ana Castresana;la creación de títeres, con Alauda Teatro; la elaboración de productos lácteos, con quesos Ugala de Zaballa; los paseos para observar aves, con Josu Olabarria;la artesanía en madera, con Fernando García (Artatxori); danza, con Estrella R.; astronomía, con Xavier Alcántara; reciclaje, con Darina Baeva;pasta de papel, con Lorena García;agricultura regenerativa, con Rubén Borge;y cianotipia, con Iraia Okina. Estas dos últimas propuestas son las novedades de 2022, que también cuenta por primera vez con cursos monográficos de cuatro sesiones, una por semana. De momento, solo Trespaderne ofrecerá uno de yoga en septiembre y octubre, y Montija, de lácteos, en abril y mayo. En otoño podría celebrarse alguno más, pero aún no hay nada cerrado.