Pablo Iglesias está hundiendo al Psoe. Primero desde dentro del gobierno y después desde fuera, pero ha conseguido que el Psoe actual se haya convertido en un partido desprestigiado, con dirigentes de medio pelo y, lo que es peor, un presidente de gobierno que está hundiendo España, si no la ha hundido ya. Finaliza la semana con datos económicos para temblar: no se cumplirá ni de lejos el pronóstico de crecimiento, y se han perdido 100 mil empleos en lo que va de año.
El paso de Podemos por el gobierno solo ha favorecido a ese partido, que ha encontrado una espléndida agencia de colocación con aún más espléndidos salarios y prebendas, pero lo peor es el destrozo que está haciendo a España. Con la ayuda inestimable de Pedro Sánchez, que acepta las exigencias podemitas.
Es de escándalo que para aprobar sus medidas económicas haya preferido la ayuda de Bildu a la del PP, que se la ofreció con condiciones fácilmente asumibles. Y más escándalo todavía que ERC convenciera a Bildu que apoyara el decreto del gobierno. De esa manera ERC mantiene su vínculo a con Sánchez, que le deberá el "favor" aunque públicamente Rufián ataca de forma inmisericorde al gobierno. Teatro.
Podemos intenta deshacerse de la ministra más valorada del gobierno, Margarita Robles, la única que demuestra que antepone sus valores a las presiones de la ultraizquierda. También estaba bien valorado Bolaños, pero todo cambió cuando aceptó sentarse con una consejera independentista sabiendo que la "foto" se iba a utilizar a conveniencia del independentismo. Desde Podemos se ha provocado que los servicios de inteligencia españoles vean dañada la confianza que les guardaban sus colegas de otros países, que probablemente se cuidarán de dar determinadas informaciones delicadas a un CNI que en una comisión parlamentaria tenga que explicarse ante un partido con vinculaciones terroristas y otro separatista. Por no mencionar los problemas en política exterior que ha provocado Podemos y su todavía jefe Pablo Iglesias, que provocó crisis constantes con Marruecos, hace que en la UE se mire con recelo al gobierno español por sus vínculos con Venezuela y con los populistas de extrema izquierda de Latinoamérica y, ahora, Sánchez pierde credibilidad ante Ucrania por mucho que se reúna con Zelenski en Kiev, porque su coaligado se resiste a apoyar al presidente atacado por Putin.
¿A qué juega Podemos, a qué juega Yolanda Díaz, que parece la cara amable de la izquierda pero se guarda cartas bajo la manga? Y, sobre todo ¿a qué juega Sánchez?
Dijo una vez que no gobernaría con Podemos porque le quitaría el sueño. Pactó con Podemos y duerme tan tranquilo, aunque la mayoría de los españoles no duermen pensando en un futuro que se presenta negro. Muy negro. Mientras, Pablo Iglesias, desde fuera, marca el camino a los suyos para imponer sus políticas al gobierno y, como objetivo más inmediato, busca cargarse al PNV y colocar a Bildu en el gobierno vasco.