S.O.S., en mi bloque hay un prostíbulo

I.E.
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El propietario de un piso de la calle Vitoria suplica al alcalde y al Defensor del Pueblo que actúen, pues los clientes molestan cuando tocan a todos los timbres y gritan de madrugada

S.O.S., en mi bloque hay un prostíbulo - Foto: Alberto Rodrigo

Los pisos donde se ejerce la prostitución se convierten en un auténtico quebradero de cabeza para las comunidades de vecinos donde funcionan, algunas de las cuales contemplan con resignación que es imposible tomar ninguna iniciativa para tratar de acabar con esa actividad. Muchos afectados no se atreven a denunciar y muy pocos dan la cara. Óscar Sánchez Santos, que vive en Londres, compró un piso en el tramo de la calle Vitoria que discure por Gamonal, pero no fue advertido de que una de las viviendas del bloque era en realidad una casa de lenocinio desde 2017.

Se enteró bastante después, cuando su primer inquilino le contó lo que sucedía y le informó de su intención de rescindir el contrato de alquiler antes de lo pactado por culpa de todas las incomodidades que le creaba la existencia de ese club de alterne camuflado. Al siguiente arrendatario -como ya conocía el problema- le bajó la cuota. Pero decidió no cruzarse de brazos  y empezó a moverse para dar a conocer lo que sucedía allí. 

(Más información, en la edición de papel de hoy de Diario de Burgos)