«El Gobierno de Sánchez ha vuelto locas a las gasolineras»

G. ARCE
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ENTREVISTA | Rafael Pizarro, presidente de Avecal, ve "fatal" que el descuento de los 20 céntimos en el litro de combustible continúe en 2023 "no por las ayudas a la gente sino por utilizar a unas empresas para que adelanten dinero"

Alberto Pizarro, presidente de Avecal. - Foto: Alberto Rodrigo

Poco antes de que el Gobierno anunciase el descuento de los 20 céntimos en el litro de combustible y empezasen los problemas en las estaciones de servicio, Rafael Pizarro volvía a asumir la presidencia de la Agrupación de Vendedores al Por Menor de Carburantes y Combustibles de Castilla y León (Avecal), que representa a más de 260 de las 700 estaciones operativas en la región. La situación creada no es nueva para este empresario natural de Roa, que ya peleó en su día por el cobro del 'céntimo sanitario' por parte de la Junta, que afrontó todos los problemas generados por la pandemia y el parón de tráfico en carreteras y ciudades y que, además, está curtido en cientos de batallas durante las responsabilidades que en su día asumió en la Federación de Comercio (FEC) o la Cámara de Comercio.

Vamos camino del sexto mes de aplicación de los descuentos en los carburantes. ¿Cómo lo llevan?
Con total incertidumbre. Nos dijeron que iban a ser unos pocos meses, luego se fijó hasta final de año y ahora la ministra de Transporte [Raquel Sánchez] apuntaba recientemente de que los descuentos podrían prolongarse por más tiempo en 2023... Nosotros no estamos en contra de que haya un descuento, sino todo lo contrario. De hecho, hay suficiente margen para recortar los precios a través de los impuestos que se pagan con los carburantes. Hablamos de casi un 50% de impuestos por litro adquirido en las estaciones. El Gobierno tiene recorrido para adoptar medidas a través de lo que recauda en las gasolineras y no poniendo boca a abajo a todo un sector y perjudicando a los usuarios.

¿Siguen los problemas de gestión para tramitar los descuentos?
Hasta que se puso en marcha esta medida fue una locura para nosotros. Hubo que actualizar todos los equipos y programas informáticos para que los tiques reflejasen el descuento del Gobierno de España y para que la operación se gestionase correctamente. No fue nada fácil y ¿quién pago eso? Todavía hay estaciones que están perfeccionándose y que no saben lo que les va a suponer el cambio. Nuestros equipos, además, tienen que coordinarse con los de las petroleras que nos suministran. Nadie ha hablado de pagar ese esfuerzo...

¿Tienen facturas pendientes por cobrar?
Lo normal es que una semana se cobren las facturas presentadas, es decir, para nosotros es un mes más 5 o 7 días para recibir lo que hemos adelantado. Nuestro enfado vino de la premura con la que se ordenó por parte del presidente del Gobierno este descuento, ya que en apenas horas se aplicó lo de los 20 céntimos... Se cayeron sistemas y, a la hora de declarar las facturas, se nos piden también los albaranes y los contratos con las petroleras. Ha habido errores informáticos y también humanos, como es lógico. Desde abril hasta agosto, no se ha cobrado ni un céntimo de estas facturas con error. Los errores están demostrados y cuantificados, pero no se pagan. Hay que tener en cuenta que hay estaciones que hacen miles de operaciones al día y no es fácil que todo salga perfecto.

En un primer momento, se habló de cierres entre las más pequeñas. ¿Se han producido?
Su situación es muy difícil, para las pequeñas y también para las grandes. No estamos ante un problema de volumen sino de administración. La tesorería de muchos de estos negocios está tocada por lo que han aguantado durante la pandemia, sobre todo en las más pequeñas. Al señor presidente se le ha olvidado que venimos de dos años y pico de crisis sanitaria y que nuestro sector tuvo que estar por ley atendiendo a los usuarios cuando no había coches en las carreteras. Y sin coches seguimos pagando las nóminas de nuestros empleados cada mes. No hubo posibilidad de ordenar el sistema y de permitir una estación abierta con servicios cada tantos kilómetros, no hubo posibilidad de liberalizar las aperturas en el sector de acuerdo con la demanda real de combustible cuando todo estaba parado. La sensación de normalidad que tuvimos que dar era muy diferente de la realidad de nuestros negocios. Ahora, para colmo, tenemos que adelantar dinero y si te equivocas, porque somos humanos, no te pagan y tienes que ir a un contencioso-administrativo para que te den lo que tú ya has adelantado.

¿Hay alguna alternativa a este sistema tan lesivo para sus intereses?
Creemos, de entrada, que el descuento de los 20 céntimo por litro es una medida injusta, porque beneficia por igual a los que tienen una renta alta como a los que tienen dificultades para llenar el depósito. Si hay que dar una ayuda a quien realmente lo necesita no es muy lógico que se trate por igual a los que tienen rentas o a los extranjeros que vienen a pasar sus vacaciones en nuestro país y que no pagan tributos aquí. Ese descuento, además, lo asume el erario a través de nuestros impuestos. Si el descuento se aplica de acuerdo con la renta de cada cual, la medida es más equitativa, se ahorra mucho más dinero del erario (pues no recibirían los que más tienen) y daríamos unas facilidades enormes de trabajo a las estaciones de servicio. Se puede aplicar a través del IRPF a las familias, con las facturas de repostajes cuando se vaya a hacer la declaración de la renta. A las empresas ya se lo hace de manera trimestral. 

¿Los descuentos forzados han aumentado las ventas?
No necesariamente, hay estaciones que han subido sus ventas y otras, bastantes, que las han bajado. De hecho, el pasado julio ha sido un mes de bajadas en Castilla y León. Hasta mitad de mes se comportó bien y luego hubo retroceso en el consumo. Este país tiene muchos problemas económicos y el litro a 2 euros era uno de ellos.

¿Se ven en 2023 siguiendo con los 20 céntimos?
Lo vemos fatal, insisto, no por las ayudas a la gente sino por utilizar a unas empresas para que adelanten dinero, volviéndolas locas para que el Gobierno quede bien. Damos peor servicio que antes, cuando no aparecía 'Gobierno de España' en el tique. Al final, es una situación dolorosa, están jugando con dinero ajeno y con muchos puestos de trabajo, que no es cuestión menor.  

¿Han reducido empleo?
No. Somos empresas pequeñas, autónomos, pymes y micropymes. No somos las grandes corporaciones que lucen nuestras marquesinas. Nuestra gente tiene nombres y apellidos y anteponemos el sentido común. Llamaría la atención sobre el estado psíquico de los trabajadores durante este tiempo. Viven en una tremenda tensión porque les han duplicado las operaciones.

El precio de los carburantes está bajando con respecto a lo que se pagaba en junio, ¿cuál es su previsión para los próximos meses?
Hay que tener en cuenta que el petróleo es una parte importante del precio, pero no la definitiva. Hay un 50% de impuestos en lo que pagamos como antes he mencionado y también son muy importantes los mercados internacionales. En ellos, el barril se paga en dólares y la paridad con el euro es determinante, más ahora con la fortaleza del dólar que obliga a pagar más para comprar menos. Además, están los bios y en el mundo hay dos mercados, el del petróleo y el del refino. En el primero hay tres tipos de petróleo (Texas, OLP y Brent) y el segundo, el refino, se enfrenta al cierre de cientos de refinerías en Europa porque la gran refinería de Europa y de parte del mundo es Rusia. La capacidad de producción en Europa ha caído a menos de la mitad y el precio de este último proceso está subiendo, aunque en España las refinerías de que disponemos tienen capacidad para procesar todo tipo de petróleos... Somos un mundo, un sector milimetrado y totalmente transparente, porque disponemos de unas ubres muy grandes que abastecen al estado del bienestar. Son 21.500 millones en impuestos especiales de hidrocarburos, como para el que el Gobierno no esté pendiente de la 'vaca'. Los suministradores no nos podemos ni menear un milímetro. Nosotros no nos quedamos con los 20 céntimos, no subimos los precios artificialmente para compensar como sugirió la ministra Calviño... Competencia confirmó no solo que no nos hemos quedado ni un euro, sino que hemos visto cómo se nos han ido reduciendo los márgenes. Todavía no hemos escuchado una disculpa...

Como patronal, ¿van a adoptar alguna estrategia de cara al otoño?
Ya hemos trasladado a la ministra Teresa Ribera [de Transición Ecológica y el Reto Demográfico], la realidad. Estamos ante un problema transversal, hablamos de la electricidad y de los combustibles, dos temas fundamentales para la economía de un país. Lo coherente es que, antes de adoptar cualquier medida, nos tengan en cuenta. En este sector hay mil y un contratos, hay renteros (los que alquilan sus instalaciones a las petroleras) y propietarios que firman un contrato de abanderamiento y cuyas condiciones son distintas. A nuestro jefe, el consumidor, le damos una imagen de la realidad que nada tiene que ver con el sector. 

¿El consumo irá a menos?
Creo que sí, por la situación económica tan difícil a la que nos enfrentamos, sumando la incertidumbre de la guerra. Lo que más me preocupa que el Gobierno intente vendernos que no está preocupado; creo que debería ser lo contrario.