Las bodegas afrontan una de las campañas "más complicadas"

L.N.
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En el sector admiten que hay preocupación porque no saben hasta dónde llegará el aumento del vidrio o la energía. A ello se suman calor y sequía. ¿Resultado? Una de las temporadas más difíciles en años

Se espera que la vendimia de albillo se generalice esta misma semana mientras que la de tempranillo arrancará a partir de mediados de septiembre. - Foto: Jesús J. Matías

Las bodegas de la Ribera del Duero afrontan una de las campañas «más complicadas en los últimos años» tras meses acumulando subidas en los precios de prácticamente todas las materias primas, así como el ascenso imparable de los costes de transporte y energía. A ello se suma el calor sofocante y la escasez de lluvias. También ciertas dificultades para encontrar mano de obra. Factores que confluyen en un escenario de incertidumbre, que obliga al sector a actuar «con cautela y dando pasos afianzados», como asegura Patricia Balbás, directora adjunta de Bodegas Balbás.

La lista de subidas tiende casi a infinito. En el apartado de fitosanitarios, destaca el aumento de casi el 100% registrado por el azufre en polvo. También el del material para nuevas espalderas, todo de acero, que ronda un incremento del 100%. El  gasóleo, en torno al 60%. La compra de maquinaria agrícola no escapa a esta tendencia. En bodega,   más de lo mismo. Según el gerente de Valderiz, Juan Esteban, «lo más gordo» ha sido el vidrio, con alzas del 100% en determinados modelos. En el caso de las botellas básicas, su coste ha pasado de 20 céntimos a 36 o 37. El cartón, por su parte, ha registrado subidas «pequeñas pero constantes hasta llegar al 50%». Las etiquetas suman un 10%. Los tapones otro 15%. Mientras, las cápsulas de los vinos premium se han disparado de 15 a 40 céntimos por botella. «Una barbaridad, no puede ser», asegura Esteban, en cuya bodega valoran cambiar este producto, de estaño, por material complejo dado que tendría un coste muy inferior y la apariencia, sostiene, es similar. 

No queda ahí la cosa. Las barricas premium tampoco se libran y su coste ha aumentado de 700 euros aproximadamente a 870. Por otra parte, con la entrada en vigor de la reforma laboral el coste por hora de los trabajadores temporales ha crecido de 11 a 13 euros. Por si fuera poco, la tarifa energética pone a parte del sector contra las cuerdas. «Se ha triplicado y en vendimias llega el momento de mayor consumo. Por muy meticuloso que seas, este coste se dispara», subraya Balbás, quien vaticina una campaña complicada porque, a lo puramente económico, se añade una producción escasa. Así las cosas, admite que la temporada se afronta con «bastante incertidumbre porque no sabes cómo va a evolucionar el mercado». Lo que sí que está claro es que no admite muchas subidas. La inflación tampoco ayuda. «No sabemos hasta dónde van a llegar los aumentos, esperemos que se moderen», añade Esteban.

Las ventas se mantienen. Por su parte, Sergio García, de Tiempo Vivo, se muestra inquieto por la falta de mano de obra. En cualquier caso, apunta que «dentro de lo malo, se ha vendido vino». También Juan de la Vega, gerente de Viña Pedrosa, constata que ha sido un verano bueno en cuanto a ventas. Por ahora, el consumo de vino no se ha  resentido, aunque las previsiones de recesión no resultan favorables.