San Felices de Oca urge una actuación para no 'morir'

R. PÉREZ BARREDO
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Los restos de este hito del Camino de Santiago donde, según algunas fuentes, fue enterrado Diego Porcelos, fundador de la ciudad de Burgos, están en serio riesgo de desaparición aunque se anunció su rehabilitación hace una década

Un peregrino pasa junto a la malhadada edificación, una ruina rampante. - Foto: Patricia

Es uno de los hitos arquitectónicos del Camino de Santiago a su paso por la provincia. A caballo entre la historia y la leyenda, los últimos restos de lo que en su día fue un importante monasterio y posible morada postrera de Diego Porcelos, fundador de la ciudad de Burgos, la ermita de San Felices de Oca es una ruina rampante que difícilmente soportará otro invierno: si no se actúa con urgencia, sus deteriorados restos podrían desmoronarse. Parece que de nada ha servido que sus restos -apenas el ábside- fueran incluidos en la Lista Roja de Hispania Nostra: el olvido es total con este inmueble, pese a que es Bien de Interés Cultural (BIC).Enclavada a pocos metros de Villafranca Montes de Oca, son pocos los peregrinos que no se detienen a contemplar su singular arquitectura, e incluso a adentrarse en su interior pese a que comienza a ser poco recomendable: las grietas de la cúpula y las humedades (tiene notables goteras) no ofrecen seguridad alguna.

Hace más de una década que la Junta de Castilla y León anunció su rehabilitación, pero nada se ha hecho allí desde entonces como atestigua su aspecto tanto exterior como interior. No en vano, en la superficie de la cúpula crece de forma ostensible la maleza, cuyas raíces están afectando a la estructura. Además, ha sido vandalizada. El interior, una vez se franquea su herrumbrosa verja, es una pura ruina: además de las humedades y de las visibles grietas, está sucia, con restos hasta de fogatas, y algunos de sus sillares se encuentran desencajados. Como un vestigio de la importancia de este enclave de la ruta jacobea, aún puede leerse, en el frontal, la cartela que con motivo del MC aniversario de la ciudad de Burgos (año 1984) se colocó allí en homenaje al conde Porcelos que según la tradición aquí reposa.

Algunas fuentes afirman que el ábside tiene origen visigodo y ubican su construcción hacia el siglo VI, y parece ser que construido con sillares de la época romana, como así parece en algunos casos: los hay labrados, como estelas funerarias. La leyenda, siempre nebulosa, señala que el fundador de Burgos escogió aquel lugar para su descanso eterno. De su importancia pretérita da cuenta el hecho de que aparece citado en el Cartulario de San Millán de la Cogolla (García III de Nájera agregó a San Millán este monasterio con todas sus posesiones: donamus atque confirmamus vobis monasterium quod dicitur Sancti Felicis, qui est situm in suburbio aukense; en dicho cartulario aparecen algunas referencias más antiguas, algunas de las cuales son todavía hoy consideradas apócrifas.

Hispania Nostra, colectivo que vigila con celo la conservación del patrimonio, lo incluyó en su Lista Roja hace ya más de cinco años: «Las ruinas del templo de San Félix de Oca son el único resto del monasterio que, según la tradición, fue engrandecido por el conde Diego Porcelos (hacia el año 863) toda vez que fue escogido por él mismo en vida como lugar de enterramiento. El monasterio aparece citado como beneficiario de diversas donaciones realizadas por particulares en documentos del siglo X. Ya en el siglo XVIII, según el padre Flórez, el antiguo monasterio se había visto reducido a ermita: corresponde colocar el monasterio más abajo, en la misma cañada a vista de la villa actual de Villafranca, donde persevera una ermita con la advocación de San Felices, que tiene termino propio de heredades, y todo pertenece al Real Monasterio de San Millán, a quien fue anejado el de San Félix».

Características. El último vestigio del importante cenobio es exclusivamente el ábside de su iglesia, «que presenta en planta un trazado cuadrangular. Los muros presentan un gran espesor y están formados por dos paramentos de sillares de piedra arenisca, que proceden del expolio de edificios romanos, cuyo interior se rellena con un núcleo de piedra trabada con mortero. El interior de la cabecera se cubre con una monumental cúpula semiesférica sobre pechinas construida con piedra toba y se ilumina mediante ventanas en forma de saetera que se abren sobre cada uno de los paños. El arco que daba acceso al ábside desde la desaparecida nave, tiene forma de medio punto y arranca sobre impostas sobresalientes del muro que apoyaban a su vez sobre columnas, actualmente perdidas», señalan desde Hispania Nostra en su definición histórico-artística.

El techo es abovedado y está apoyado en cuatro pechinas. Sus paredes son un conglomerado en el que predomina la arenisca, si bien el arco de entrada está formado por piedra de Hontoria, según los historiadores. Los sillares laterales permiten intuir que su arquitectura es anterior al románico. Son apenas ocho metros cuadrados de superficie. Ya son cuatro las décadas de olvido al que ha sido sometido este importante resto del Camino de Santiago. La última actuación que se realizó allí data de1983. «El conde Diego Porcelos construyó el monasterio para sumirse en el silencio de los claustros en los últimos años de su vida y para sepultura», escribió el historiador José María Codón, quien en una de sus investigaciones reveló que el primer documento que habla extensamente de la fundación data del año 863, y que fue transcrito y comentado por Dandoval, Yepes y el ya citado padre Flórez. «Diego Porcelos entregó también a San Félix de Oca siete iglesias monacales de las cercanías: San Cipriano de Briviesca, Cerratón, San Cristóbal de Villasur, Úzquiza, Aguguza, Villasur y Orobio.

Con motivo del MC aniversario de la fundación de la Cabeza de Castilla, la ermita fue escenario de un homenaje al conde en el que fue descubierta la lápida que aún permanece en una de sus paredes. Descansen o no allí los restos del fundador de la ciudad de Burgos, está pidiendo a gritos una actuación que evite su desaparición tanto por su importancia histórica como por el lugar en el que se enclava: uno de los tramos del Camino de Santiago más importantes a su paso por la provincia de Burgos.