Una catástrofe natural exige una rápida respuesta de las administraciones para que todo vuelva cuanto antes a la normalidad y que los vecinos consigan recuperar su día a día. Santibáñez del Val resultó el pueblo más afectado por el incendio que asoló  a la comarca del Arlanza el pasado 24 de julio, el más grave ocurrido este verano en la provincia, y la velocidad de actuación ya se puede comprobar a pie de calle con las máquinas trabajando para retirar todos los escombros de las viviendas dañadas.

El barrio bajo de Santibáñez resultó el más perjudicado por las llamas, pero a su vez también se trata del más característico y, por tanto, el que mejor sirve para definir su arquitectura propia. Así, tras llevar a cabo un análisis en 3D de las viviendas para valorar los daños exactos de cada una de ellas se puede extraer que se tratará de reconstruir lo máximo posible para que el pueblo recupere su esencia y gracias al empleo de esa tecnología ahora ya se trabaja en la elaboración de los planos para levantarlas.

«Tiene interés al tratarse de arquitectura tradicional y entonces todas las casas se van a reconstruir, se intentará ser lo más conservador posible, no se trata de tirar todo y dejar un solar, se recuperará lo que se pueda», manifiesta la alcaldesa, Ana María García. Así, la idea pasa por mantener su estética y mantener el pueblo «auténtico» más allá de otras construcciones posteriores más modernas que se han realizado.

Las máquinas permanecen en este municipio del Arlanza para devolver la normalidad cuanto antes, aunque aún son visibles los efectos que causaron las llamas. Eso sí, se conservará lo máximo posible. - Foto: f2estudio

Por la denominada zona 0 del fuego no se ha podido transitar durante estos meses puesto que los escombros aún permanecían y el riesgo a que se diera algún derumbe lo impedía. El entorno ha permanecido vallado estos meses, pero gracias al avance de las máquinas pronto se solucionará. El apuntalamiento de las fachadas también se está realizando ya para proceder posteriormente a su reconstrucción, mientras de forma paralela los arquitectos buscan conocer qué mejoras se deben ejecutar en cada una de las casas.

La Junta de Castilla y León destinará una ayuda directa de 131.000 euros como máximo por titular y, como adelantó el consejero de Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones, en octubre estarán «seguro». En el caso de Santibáñez el número de edificaciones afectadas asciende a 87, de las que 3 están calificadas como primera vivienda y otras 23 como segunda.