Dicen los usuarios que últimamente el servicio de autobús urbano de Aranda de Duero ha empeorado. Que los vehículos, con cerca de veinte años de antigüedad, se estropean con demasiada frecuencia y que estas averías hacen que, en ocasiones, circule un solo autobús en las tres líneas. Así las cosas, los entre 15 y 20 minutos habituales de espera se alargan hasta 50 o incluso una hora, provocando numerosas quejas ya que cada vez son más los ciudadanos que llegan tarde al ambulatorio u hospital, a su trabajo o al colegio o instituto.
"El servicio que estamos recibiendo en los últimos meses es muy precario y cada día va a peor", critica una mujer que toma el autobús a diario. Otro usuario, que lo utiliza para ir al trabajo, añade que "hace años funcionaba mucho mejor" y no ve normal que "cada dos por tres se produzcan averías, de forma que nos quitan el bus a media mañana, no avisan y tenemos que estar llamando a la oficina".
Desde la empresa concesionaria del servicio, la UTE formada por Dávila y Clemente, constatan que las averías surgen con relativa frecuencia y que aunque cuentan con un tercer autobús de recambio, en ocasiones también se ven obligados a llevarlo a reparar. "Son vehículos muy, muy obsoletos. Se intenta arreglarlos, pero a veces cuesta encontrar ciertas piezas", subrayan, al tiempo que añaden que pasar la ITV "cada vez se hace más cuesta arriba". A ello se suma que "contaminan mucho". Por ello, usuarios y concesionaria reclaman al Ayuntamiento que renueve la flota. Este servicio resulta esencial para un número creciente de personas. En octubre, se registraron 7.891 usuarios. Una cifra que antes de la pandemia, en octubre de 2019, superó los 11.330 viajeros.
Es más, fuentes de la propia empresa recalcan que si de ellos dependiera habrían cambiado los autobuses "hace mucho tiempo" porque esta situación les supone "una pérdida de tiempo y dinero ya que los vehículos tienen que estar constantemente en el taller". De hecho, aseguran que hace tiempo que presentaron toda la documentación de posibles compras de autobuses al Ayuntamiento y que es éste el que debe decidir por ser su competencia: "La pelota está en su tejado". Además, llevan tiempo gestionando las quejas de los viajeros. Algunos han presentado hasta 3. "Es un problema que arrastramos desde hace mucho tiempo", zanjan.
Un autobús más grande. Desde el Consistorio, el concejal de Obras, Alfonso Sanz, es consciente de las averías que sufren unos vehículos que "han cumplido su vida útil" y de las consiguientes quejas. Asegura que llevó este asunto a la comisión de Obras hace 6 meses y que hace 10 días celebraron una reunión con la alcaldesa. De ahí salió el compromiso de analizar la renovación de la flota en otra cita a finales de este mes o principios de diciembre. "Los estudios técnicos ya están hechos, sólo falta que en Contratación nos digan cómo se hace el procedimiento", indica.
Sanz admite que la capacidad de los dos autobuses se queda escasa y aunque se ha puesto otro vehículo de refuerzo en las horas de entrada y salida escolares, hay gente que no entra. De ahí que su idea sea comprar un autocar más grande.