La vendimia solo llena el 10% de las casas rurales ribereñas

L.N.
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El sector confía en que las reservas de última hora den la vuelta a un otoño que se presenta «muy flojo». El verano comenzó con incertidumbre pero acaba con una ocupación del 80%

Silvia Esgueva gestiona la Casa Rural Palacio de los Serrano, en la localidad de Sotillo de la Ribera, desde hace cuatro años. - Foto: DB

Se avecina un otoño «muy flojo» en materia turística. Al menos así lo prevén en las casas rurales de la Ribera del Duero, donde por ahora sólo registran un 10% de ocupación a pesar del tirón que suele ejercer el enoturismo en la comarca y de que la vendimia, época por excelencia para recibir visitantes tanto nacionales como internacionales, convierten a septiembre y octubre en dos de los meses más potentes en este ámbito. Sin embargo, la incertidumbre económica tiñe de nubarrones el panorama, lo que provoca que «la gente ni llame ni mande emails», como indica Ana Belén Velasco, secretaria de Acriduero, una asociación que engloba a 44 alojamientos rurales en diversos municipios ribereños como Valdeande, Tubilla del Lago, Villanueva de Gumiel, Zazuar, Nava de Roa o Campillo de Aranda.     

De momento, quedan muchos huecos en la mayoría de las casas rurales. En su caso particular, cuenta con «muy pocas reservas» tanto en septiembre como en octubre.De hecho, uno de los alojamientos que gestiona Velasco está vacío todo el próximo mes. «Hay quienes tiraron la casa por la ventana en agosto y luego se contienen por lo que pueda pasar», apunta. Otros años, continúa, los turistas comenzaban a interesarse por las distintas opciones a partir de mediados de agosto. Pero «se habla de batacazo en otoño y eso asusta». 

En cualquier caso, el sector confía en que las reservas de última hora sirvan para dar la vuelta a este panorama. Algo similar sucedió al principio del verano. La inflación y la constante subida de los precios de los carburantes provocaron numerosas cancelaciones. La época más fuerte del año arrancaba en la Ribera del Duero con un 50% de ocupación. Sin embargo, esta cifra superó el 80% al término de agosto, un nivel similar a años previos a la pandemia. «Ha estado casi todo lleno, sobre todo, desde Sonorama hasta finales de mes. Hemos tenido muchísimo jaleo», subraya la secretaria de Acriduero, mientras añade que han acogido a muchas personas que han visitado los pueblos para ver a sus familias.

Por ello, en la asociación ribereña confían en que se repita el patrón porque otoño también es una época fuerte: «Me extraña que no empiece a haber movimiento, quizá luego nos juntemos todos con reservas de última hora, una tendencia que se da cada vez más, especialmente desde la pandemia, y a la que nos vamos a tener que acostumbrar». Todo ello siempre con matices. Unos alojamientos apenas tienen reservas y otros registran buen ritmo de visitantes. Es el caso de la Casa Rural Palacio de los Serrano en Sotillo de la Ribera. Su responsable, Silvia Esgueva, detalla que apenas les queda un fin de semana libre cada mes. Sin embargo, julio terminó «muy bajo» y agosto sólo se animó a partir de Sonorama y con alguna familia que huía de la ola de calor. Ahora se preparan para recibir a grupos de amigos y familiares que se reencuentran en la Ribera, no tanto por el turismo ligado al vino, sino por ubicarse a mitad de camino entre Madrid y País Vasco. «Estamos contentos», asegura Esgueva.  

Cambio de negocio. En opinión de Velasco, el sector del turismo rural afronta importantes cambios, especialmente en lo que respecta a las nuevas tecnologías. «Ahora la gente no te llama tanto, sino que opta por reservar a través de ciertas plataformas. Todo ha cambiado mucho, especialmente el trato personal. Todo se digitaliza y eso nos afecta». Ella, por ejemplo, reconoce que su política comercial ha variado significativamente en los últimos cinco años y que en este momento para alcanzar al público joven ha optado por insertar publicidad en redes sociales. «No queda otra: o lo haces o te quedas atrás».