Anillos que salen volando con un halo de luz, bestias de cuatro patas y el tamaño de King Kong, explosiones en edificios, armas que son rayos, criaturas mitológicas que atrapan con sus garras, vehículos que se desintegran, disparos de todo tipo, torrentes de agua detenida... La última película de Marvel, Shang-Chi y la Leyenda de los Diez Anillos, tiene miles de efectos visuales como buena cinta de superhéroes, junto a decenas de secuencias de acción que aúnan lo real y lo mitológico.
En los títulos de crédito de esta cinta, de las más taquilleras del año, aparece un burgalés de 25 años: Aitor Echeveste ha formado parte del equipo de composición, el área que une las escenas de rodaje con los personajes o paisajes que se han creado en 3D: "Una de las partes más complejas es integrar todos esos elementos sin que el espectador note la diferencia entre lo digital y la parte real", señala.
"En este tipo de películas hay un gran porcentaje digital: armas, animales, fondos... y a mí me ha tocado hacer de todo. En el mundo de los efectos visuales Walt Disney (dueño de Marvel) es el cliente más difícil porque exige una gran calidad, con plazos muy ajustados y con cambios constantes en los planos. Por eso quizá lo más complicado ha sido alcanzar ese nivel técnico al ritmo de trabajo que piden".
A la hora de elegir alguna de las escenas en las que ha intervenido se queda con una secuencia de batalla "porque lo tiene todo": "El fondo es digital, aparecen unas bestias luchando y lanzando a la gente por los aires, hay un buen número de armas y disparos... Cuando se junta todo, además de lo vistoso que queda, técnicamente es muy chulo de hacer. Y eso también es Marvel: espectacularidad", añade mientras recuerda que, a pesar de que las películas más taquilleras están centradas en estos efectos, faltan profesionales.
Seguidor del universo Marvel y "friki", como se reconoce, de Star Wars, Echeveste probaba desde niño a simular explosiones con un ordenador. Según fue creciendo, los efectos ganaban en intensidad pero desde Burgos no encontraba la manera de poder formarse: "El cine desde aquí queda muy lejos", afirma. Hasta que se apuntó al Máster en Composición Digital para VFX en el Centro Universitario U-tad de Madrid, estudios que concluyó durante el confinamiento como primero de su promoción: "Me tiraba 12 y 14 horas trabajando, pero estaba tan a gusto porque es lo que siempre he querido hacer".
Estaba aún con el proyecto fin de grado cuando le reclamaron para trabajar en una película que aún no se ha estrenado. "Es una producción inglesa, Lady of given, y es peculiar porque había que suplantar digitalmente los rostros de los personajes de Alá y Mahoma porque no podían ser personas de carne y hueso". Después entró en XReality Studios de Madrid para trabajar en el largometraje Prisoner of paradise, que tampoco se ha estrenado. Y a la tercera llegó Marvel, a través del estudio alemán Trixter. De su siguiente proyecto aún no puede hablar, pero podemos decir lo de "próximamente en sus pantallas".