La Guardia Civil de Burgos ha detenido este fin de semana a seis ciudadanos chinos acusados de un delito de tráfico de especies protegidas. El grupo fue sorprendido cuando circulaba en dos furgonetas con matrícula de Portugal, un hecho determinante para levantar la sospecha de los agentes, que encontraron lo que buscaban cuando dieron el alto a los vehículos: más de 100 kilos de angulas vivas que estaban siendo transportadas por carretera con destino a Francia y con la más que probable intención de llevarlas a Asia a través de algún aeropuerto de la red europea. 

La mercancía, ciertamente inusual, está valorada en torno a 100.000 euros y la sanción por este tipo de delitos acarrea una multa y hasta dos años de prisión. Los seis detenidos, que fueron puestos a disposición judicial, quedaron en libertad pero se les ha prohibido salir del territorio español.

Para entender el caso hay que remontarse al otoño del año pasado. Fue entonces cuando, en el marco de una operación internacional coordinada por la Europol se procedió a detener a 29 personas relacionadas con esta actividad, muy lucrativa en el mercado negro por su fortísima demanda en el continente asiático. Se incautaron entonces casi 200 kilos de angulas pescadas ilegalmente en territorio español que fueron devueltas a su medio natural. Pero la operación no quedó ahí y Europol sigue trabajando en acotar esta práctica.

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