La sequía reduce a la mitad la producción de miel en Miranda

ARSENIO BESGA
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La empresa Apiebro ha generado 15 toneladas menos este año, en comparación con 2020. La escasez ha provocado que los precios suban paulatinamente y que el sector no pueda proveer a algunos clientes

Imagen de archivo de un apicultor en una explotación burgalesa. - Foto: Patricia

Las altas temperaturas y la escasez de lluvia afectan a multitud de sectores económicos tradicionales. Entre ellos se encuentra el negocio de la apicultura, que ha visto como en la comarca de Miranda sus niveles de producción han caído de forma constante desde hace dos años. Así, según explica Daniel Martínez, de Apiebro, su explotación ha generado en el presente curso 15.000 toneladas menos que en 2020. Con ello, calcula que «se ha reducido en un 50%» el producto disponible en apenas 24 meses y en un 25% si se compara con el ejercicio anterior, 2021, cuando alcanzaron «en torno a los 21.000 kilos». Por tanto, solo puede calificar el actual periodo como «muy malo».

La notable escasez de miel en la comarca, como en otros puntos de España, ha tenido dos consecuencias directas que se palpan en la actualidad. En primer lugar, «hay a clientes a los que no podemos proveer porque tenemos comprometida parte de la producción», resume Martínez. Según explica, aunque los compradores decidan «pagar cara la miel, no la encuentran, porque no la hay». A su vez, como dictan las leyes básicas de la economía, la caída en picado de la oferta ha hecho crecer los precios como nunca había ocurrido.

En Apiebro, por ejemplo, cuando lograron producir 30 toneladas el coste para el consumidor «no era ni caro ni barato, era normal». Sin embargo, hace menos de dos años comenzó un crecimiento paulatino del precio. «Está subiendo desde 2021 debido a que no hay miel», recalca Martínez. Desde su punto de vista, el elevado impulso del valor ha hecho que el fruto de su trabajo «se esté convirtiendo en un producto de lujo».

A la hora de cuantificar el incremento del precio, en Apiebro aclaran que todo «depende del tipo de miel» sobre el que se trate. Eso sí, calculan que entre 2020 y 2022 «ha subido de un euro y medio a dos euros el kilo a granel». Y, por lo visto, la escalada del coste para el consumidor final no ha parado, ni mucho menos. Martínez advierte que, como en los últimos ejercicios, su producto «seguirá subiendo» porque en España «no hay ni una sola gota» de este 'oro' líquido.

A su vez, en el sector reconocen que la caída de la producción no ha generado una contracción radical de su economía, precisamente, porque los precios han permitido mantener los beneficios casi intactos. En palabras de Daniel Martínez, «sacamos menos miel, pero ingresamos casi lo mismo».

FIN DE LAS EXPORTACIONES. Durante muchos años, la comarca de Miranda tenía como principales clientes de su miel a firmas de fuera de España. En particular, la inmensa mayoría de las toneladas producidas estaban destinadas al mercado europeo y, sobre todo, al francés. Sin embargo, en Apiebro consideran que «las exportaciones han pasado a la historia». Básicamente, recuerdan que desde «hace unos cuatro años» sus antiguos compradores apostaron por «acudir a otros países, como Rumanía y algunos del este» porque ofrecían precios más competitivos.

Pese a que «las ventas en el extranjero se paralizaron» la apicultura mirandesa supo reinventarse y ahora, al menos en Apiebro, trabajan con grandes compañías nacionales, como la principal «filial» de Mercadona, Apisol. Unido a ello, en cuestión de unos pocos años, los productores se han adaptado y, como explica Martínez, «también vendemos mucha miel al detalle, tanto en nuestra tienda como a diferentes comercios o, por ejemplo, como regalo en bodas».