La polémica sobre el famoso cenador de la muralla, que puede contemplarse desde la calle Trinidad y que se ubica junto a la plaza Alonso Martínez, se reaviva. Con defensores y detractores a partes iguales, la colocación de un toldo por parte del inquilino del inmueble que disfruta de esta privilegiada terraza ha llegado a oídos del Ayuntamiento y provocó que ayer en la Concejalía de Licencias se analizara la legalidad, o no, de la instalación.
El concejal de Licencias, Miguel Balbás, detalló por la mañana que un técnico municipal se acercaría a las inmediaciones del lugar para verificar desde el exterior si lo que se ha colocado en la terraza es un bien mueble que se puede retirar con facilidad o si, por el contrario, es una estructura fija y anclada.

En el caso de que lo que se haya colocado sea una estructura fija lo que se hará es «instar» al dueño para que lo retire. En el supuesto de que no sea así, en el Ayuntamiento no parece que tengan tan claro que puedan hacer algún tipo de requerimiento. Al menos eso es lo que se deduce del hecho de que el concejal se limite a afirmar que en ese caso lo que harán es «estudiar» la legalidad o no de la instalación.

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