La piscina cubierta no volverá a abrirse hasta finales de 2023

I.M.L. / Aranda
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La obra de reforma sale a licitación por 3,4 millones de euros y un plazo de ejecución de 10 meses, con actuaciones tanto en el cambio de la envolvente del edificio como en el interior

Diseño de la fachada este del edificio (arriba), en la calle Venus, y una recreación de los espacios que acogerían las salas de gimnasios y vestuarios. - Foto: Barrio + Cameno

La piscina cubierta municipal de la capital ribereña permanecerá cerrada, al menos, hasta finales de 2023, por lo que los usuarios de estas instalaciones deportivas acumularán dos años y medio sin poder utilizarlas. El Ayuntamiento de Aranda decidió clausurarlas el 1 de julio de 2021 y ahora, casi un año y dos meses después, comienza el proceso de licitación del contrato de las obras de reforma del edificio, con un importe inicial que roza los 3,4 millones de euros y marcando un plazo de ejecución de 10 meses.

El proyecto contempla intervenciones tanto en el exterior del edificio como en su cerramiento y espacios interiores, poniendo el acento en renovar todas las instalaciones «que no funcionan correctamente o no están adaptadas a la normativa vigente», que son muchas. Lo más visible será la actuación en la envolvente del edificio, ya que se colocará una nueva sobre la ya existente, con lo que «resuelve doblemente las exigencias de aislamiento térmico así como dotar al edificio de un acabado renovado», incluyendo un letrero que identifique la instalación «del mismo estilo que los ya existentes en los polideportivos y el estadio Montecillo». 

El cambio de la estética exterior no se quedará ahí, ya que se precisa una renovación de la cubierta, para dotarla de mayor impermeabilidad al agua de lluvia, para lo que también se cambiarán los canalones e instalaciones de evacuación de pluviales «que actualmente funcionan deficientemente y generan humedades tanto en los paños interiores como en el acabado exterior», tal y como especifica el proyecto básico de ejecución. Con el objetivo de evitar estos problemas, se generarán nuevas pendientes en el tejado y, así, «se aísla e impermeabiliza de nuevo toda la superficie».

La intervención en el interior del edificio no afectará a la estructura, pero sí se han programado obras adaptadas a los forjados existentes. Uno de los espacios en los que se pretende actuar es en la pista de squash, que «presenta un aspecto totalmente arruinado siendo totalmente inadecuada para cualquier práctica deportiva en condiciones». Por eso, se va a cambiar el forjado en esta zona de doble altura «que ahora permitirá incluir una sala polivalente en el sótano y un vestuario infantil o de grupos en la planta baja».

También se incluye en la solución del proyecto de ejecución la demolición interior de las particiones para llevar a cabo una nueva distribución, con tabiques adaptados a las exigencias de humedad y resistencia al fuego. El cerramiento del área de la piscina también se va a cambiar por uno de doble vidrio «que responsa a las vigentes exigencias de aislamiento térmico», mientras que los acabados de las zonas principales como la cafetería o el hall de acceso se harán con lamas de madera «dotándolas de una estética calidad y acogedora».

Una de las actuaciones más demandadas y necesarias es la reubicación de los vestuarios, que pasarán del sótano a la planta baja «para comunicar directamente con la piscina», dejando en el sótano «unas nuevas salas vinculadas al gimnasio a las que se ha dotado de nuevos huecos de iluminación y ventilación manual». De esta forma, se busca «mejorar la circulación entre las zonas de uso público, la habitabilidad y el funcionamiento general de todo el complejo».

En la zona exterior de la parcela se creará una zona de jardín y solárium, creada con especies autóctonas y de bajo consumo. Ese planteamiento medioambiental también se tiene en cuenta con la propuesta de instalar placas fotovoltaicas para reducir el consumo eléctrico y recuperadores de calor en la ventilación, con el objetivo de conseguir una reducción de consumo de energía primaria no renovable de más del 65% en comparación con la actual eficiencia energética del inmueble.

También se contempla mejorar la escalera de acceso, colocando barandillas, y un ascensor accesible, vestuarios adaptados y rampas para unas instalaciones más accesibles, junto a paneles informativos con horarios, avisos y datos del ambiente y el agua de la piscina.

ARCHIVADO EN: Aranda de Duero, Estética