«El próximo movimiento identitario será el de Castilla»

I.L.H.
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José Ángel Mañas saca a la venta '¡Fernán González! El hombre que forjó Castilla' y lo presenta este viernes en Burgos. El autor de 'Historias del Kronen' y '¡Pelayo!' reivindica al Buen Conde en una novela histórica, divulgativa y de aventuras

José Ángel Mañas presenta este viernes en Burgos '¡Fernán González!', su última novela histórica, divulgativa y de aventuras sobre el 'Buen Conde'. - Foto: Asís G. Ayerbe

Lo hizo con ¡Pelayo! (entre exclamaciones, como le gusta titular los libros de personajes que hay que reivindicar) y ahora lo ha hecho con ¡Fernán González! (La Esfera de los Libros), el conde que unificó Castilla y le dio entidad a ese territorio en el siglo X. José Ángel Mañas (Historias del Kronen, Mensaka) narra en una novela llena de aventuras los avatares de un personaje y una época marcada por las intrigas palaciegas, las conspiraciones, las batallas y los matrimonios concertados, y escribe también sobre un momento histórico en el que en una determinada zona se asienta el carácter democrático de quienes vivieron y repoblaron aquellos territorios, y que hicieron uso de términos como libertad y justicia.

El escritor y guionista sacó ayer a la venta el libro sobre El hombre que forjó Castilla, como lo subtitula, y su primera presentación la hará este viernes en Burgos, de la mano de la institución académica que lleva el nombre del personaje histórico. Será en el salón de estrados de la Diputación, a las 20 horas, acompañado del vicedirector de la Fernán González, Isaac Rilova. Antes, a las 18 horas, firmará ejemplares de la novela en Luz y Vida.

«Como Pelayo, Fernán González es un personaje que a todos nos suena y sin embargo es a la vez un gran desconocido. Es, además, un personaje ambiguo del que Menéndez Pidal decía que 'era más afortunado y sagaz que heroico, y más hábil para aprovecharse de las discordias de León y Navarra que para ampliar su territorio a costa de los moros'. Encima está la ciencia ficción del poema que le ensalza, escrito tres siglos después», resume Mañas, que del cantar recupera el episodio de leyenda del caballo y el azor que el rey de León, Sancho el Graso, quiso comprarle.

El interés para Mañas por el conde castellano que murió en el año 970 no radica en que obtuviera la independencia del reino de León, algo que cuenta el poema pero nunca ocurrió, sino en las relaciones que mantuvo y los territorios que unió durante los cuarenta años de mandato: «Coincide con Ramiro II, Ordoño III y IV, Sancho el Graso... Lo importante es que es el momento en el que Castilla se empieza a liberar de León, sin llegar a ser independiente, pero consiguiendo unificar un territorio del que es el conde más representativo. Es la época del nacimiento de Castilla y él es su figura más icónica».

Soy partidario de un laicismo identitario. Si fuera por mí, retiraría todos los símbolos y banderas institucionales"

En plena ebullición de nacionalismos y recuperación de identidades, Castilla no está entre los territorios más reivindicativos, y eso que, como señala el autor de Soy un escritor frustrado, «es una de las zonas más agraviadas». Pero eso, quizá, esté a punto de dar un giro: «Hay un interés por el castellanismo. Mira si no el libro Castellano de Lorenzo Silva; es sintomático. Porque a rebufo del procés, en Andalucía el sentimiento identitario ha sufrido un subidón potente. Y también ha ocurrido con el leonesismo. Por eso creo que va a pasar también con Castilla y el castellanismo, aunque al margen veo que faltan ideas interesantes que revisen la historia».

Mañas se refiere a la parte positiva de estos sentimientos, aquellos que tienen que ver con el orgullo o el cariño por lo cercano, sin buscar enfrentamientos, sin agresividad y por supuesto sin poner a nadie por encima del otro. «Yo soy de Madrid y me siento e identifico con lo castellano, pero esto de los territorios es muy singular. De todas formas, soy partidario de un laicismo identitario: quitaría símbolos y banderas. Con el libro reivindico al personaje. Porque lo que busco es entender y conocer el espíritu del origen de Castilla, de esa tierra de fronteras».

En ¡Fernán González! el autor describe las aceifas que había cada verano, las incursiones de los musulmanes que obligaban a los cristianos a esconderse en sus castillos y recomponer después todo lo destruido; el triángulo de poder entre la Córdoba de Abderramán III, el rey Ramiro II de León y el reino de Nájera-Pamplona. El miedo que existía a que Castilla se rebelara con el conde a la cabeza. Y las hazañas del Fernán González militar que consigue anexionarse territorios. «Es un momento de unificación importante. No es independencia lo que consigue Castilla, pero fue la zona más libre de la época porque no era tan feudal ni había tantas restricciones. Era un territorio peligroso por las aceifas, pero tenías más autonomía».

Lo de 'Buen Conde' sería porque mandaba bien, porque de bueno no tenía mucho; fue maquiavélico..."

Sobre el sobrenombre del 'Buen Conde' de Fernán González, Mañas, que trata de que su novela sea divulgativa y de aventuras, bromea: «Sería porque mandaba bien, porque de bueno no tenía mucho. Es maquiavélico, hace la guerra por su cuenta... Eso no quiere decir que no tuviera cosas positivas, claro, como la unificación del condado, sus grandes dimensiones y hacer ese título hereditario», sostiene mientras recuerda que entre los episodios que narra el libro está el asesinato de 200 monjes de San Pedro de Cardeña por parte de Abderramán III, el de Medina Azahara, un suceso relacionado con la política de terror de la época.

En definitiva, ¡Fernán González! ensalza el origen de Castilla, que nada tiene que ver con el reino imperial posterior que se ha llevado la mala imagen: «El arranque es todo lo contrario. Es un momento de crecimiento, de far west, en el que se dan los balbuceos de la lengua y se vislumbra cierto carácter democrático en unos habitantes que buscan impartir justicia con sentencias que creaban jurisprudencia».