La nueva Catedral desde lo de San Lorenzo

I.L.H.
-

Desde 1994, tras la caída del santo de la parrilla, se han invertido 30 millones de euros en la recuperación de la seo. René J. Payo y Juan Ruiz Carcedo reúnen y analizan las actuaciones en un templo que «siempre estará en obras»

La nueva Catedral desde lo de San Lorenzo - Foto: Miguel Ángel Valdivielso

Negra y tenebrosa, con bosques más que hierbas creciendo en sus fachadas y con riesgo evidente de que algunos de sus elementos pudieran llegar a desaparecer. De no ser por las imágenes de archivo, lo de la oscuridad de su piedra podría parecernos una hibérbole literaria. Pero el aspecto de la Catedral hace 25 años era tan negro como su futuro. Hasta que se cayó la estatua de san Lorenzo de la fachada de Santa María en 1994 y lo que hasta entonces era una necesidad pasó a ser una urgencia.

Con la restauración del trasaltar concluida el pasado noviembre se llega al «final de un ciclo» para el templo gótico. No es que con la rehabilitación de la girola se haya acabado en la Catedral porque la basílica «siempre estará en obras», pero concluye una etapa crucial unida al Plan Director que arrancó tras el ‘suicidio’ de san Lorenzo.

En ese periodo que va de 1994 a 2020 centran su análisis Juan Ruiz Carcedo y René Jesús Payo, recuperando todas las intervenciones que se han realizado, las patologías que tenían capillas y bienes muebles, quiénes las llevaron a cabo, en qué momento y lo que costaron. «No es el típico libro de arte, es más bien una memoria documental. Se han revisado todas las memorias del archivo de la Catedral, se ha hablado con los arquitectos y al final del libro se desglosan las fichas de las intervenciones con todos los datos», resume el catedrático de Historia del Arte de la Universidad de Burgos, Jesús René Payo, coautor de Catedral de Burgos. La belleza recobrada. 25 años de restauraciones (1994-2019).

(Más información, en la edición de papel de hoy de Diario de Burgos)