Virtus cierra un verano para el recuerdo

DB
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La exposición de fotos de Ana Martín y textos de Felisa Palacio que se inauguró el jueves remata el proyecto 'La Escuela Virtuosa'

Imagen para la exposición de Concha y Esteban, los vecinos de mayor edad del pueblo. Juntos suman casi 190 años. - Foto: Ana Martín

Virtus, un pequeño pueblo de las Merindades con «apenas cinco o seis casas habitadas en invierno» solía llenarse de vida durante el verano. Pero «hacía más de 30 años que sus vecinos no entraban en el edificio de la escuela y nunca se había organizado nada que no fuese la misa de los domingos», apunta Felisa Palacio, periodista oriunda de la localidad. Este año ni siquiera eso, por lo que un grupo de residentes y veraneantes decidieron dinamizar la vida cultural y programar un agosto que no se borrase nunca de su recuerdo. 

«El proyecto, que nació a principios de verano cargado de incertidumbre, se ha convertido en el epicentro de la vida social en el pueblo», comenta Palacio. Articulado en torno a esas viejas aulas, se denominó La Escuela Virtuosa. Comenzó con la proyección del documental Donde aprendiste a vivir, que cuenta la historia de la construcción del pantano, obra que obligó a dejar las casas a algunas familias y que también tuvo consecuencias para Virtus, al inundar sus terrenos más productivos. Otra de las actividades más nostálgicas consistió en una reunión de los vecinos más veteranos en la vieja escuela, donde habían estudiado hace 50, 60 o 70 años. 

La localidad también ha vivido momentos distendidos e incluso cómicos. «Abuelos y nietos coreografiaron a Rosalía en la grabación de un Tik-Tok», comenta la periodista. Este momento tan divertido sucedió después de que los mayores explicaran a los más pequeños cómo eran los juegos de su infancia. Además, el escritor Marcos Díez, ganador del último Premio Poesía Generación del 27, recitó algunos de sus relatos y regaló dos historias inspiradas en sucesos de Virtus.

Y como todo verano, se acerca a su fin con un álbum lleno de fotos. Titulado Moradas y Moradores, Ana Martín firma las imágenes que se exponen desde el jueves en las escuelas y que protagonizan los vecinos. Junto a cada una de ellas, Felisa Palacio ha escrito su historia y su vinculación con un pueblo que, además de una parte del pasado, ha recuperado también la campana que le robaron en 2017. No es la misma, sino otra encargada al artesano Abel Portilla, pero suena igual de virtuosa.