«En el contexto actual nos haría mucha falta volver a la mili»

G. ARCE
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ENTREVISTA | Pedro Baños, autor de 'La encrucijada mundial', divulgador estrella de la televisión de temas de geopolítica, estrategia, defensa, seguridad o terrorismo, entre otros, da una conferencia el miércoles en Burgos

Pedro Baños, divulgador estrella de la televisión de temas de geopolítica, estrategia, defensa, seguridad o terrorismo, entre otros. - Foto: Cabalar (EFE)

Es, sin duda, el militar más mediático del momento, invitado estrella de los programas televisivos del periodista Iker Jiménez y uno de los escritores con mayores ventas. El leonés Pedro Baños tiene la virtud de saber interpretar con claridad, respeto y afán divulgador el complejo momento actual, los escenarios bélicos, los desafíos tecnológicos y económicos o los cambios sociales a los que nos enfrentamos, lo que le ha valido ser una voz respetada y muy popular. Este miércoles (20,00 horas) da una conferencia en El Círculo, en el salón de actos Plaza España.

¿Cómo interpreta el episodio vivido con el globo espía chino?
Es un episodio que ilustra perfectamente el incremento de la tensión entre estos dos países. Son prácticas relativamente habituales entre las grandes potencias, aunque Estados Unidos ha tenido un interés especial en magnificar esta situación. Ellos son unos grandes maestros del espectáculo y saben cómo hacer para que estos hechos estén en los noticieros de todo el mundo. Es una tensión que apenas estamos empezando a vivir y en la que todavía quedan muchos episodios. Es un imperio que se ve decreciente, el estadounidense, frente a otro que poco a poco le va comiendo terreno. 

Es decir, que no termina en guerra.
Hace pocos días, algunos de los principales generales estadounidenses decían que esperaban entrar en guerra directa con China en menos de dos años, para 2025. En todos mis libros he dicho que, antes o después, es solo cuestión de tiempo, China y Estados Unidos -más allá del enfrentamiento que ya tienen en el ámbito económico, mediático y propagandístico- tendrán un enfrentamiento de corte convencional de alta intensidad. Los acontecimientos se están precipitando. De hecho, la guerra en Ucrania también forma parte de esta situación. Todos los indicadores históricos apuntan a que estamos abocados a este gran enfrentamiento.

Pues, como se ha visto durante la pandemia, tenemos una extremada dependencia de China.
Nos tiene que preocupar porque, querámoslo o no, vivimos en un contexto globalizado y cualquier cosa que sucede en la otra parte del mundo termina por repercutirnos y cada vez más rápido y de forma más universal. China tiene intereses en muchas empresas españolas o en empresas extranjeras asentadas en España y esto nos tiene que inquietar.

Estamos abocados a un enfrentamiento entre Estados Unidos y China"

La guerra de Ucrania está a punto de cumplir un año y siguen las incógnitas sobre a dónde nos lleva.
Es una guerra que va más allá del enfrentamiento de Rusia y Ucrania. Es una guerra internacional en la que cada vez estamos más involucrados los europeos y en la que hay un actor principal, Estados Unidos, respaldado por sus primos, los británicos. Vemos una apuesta cada vez mayor para intentar que alguno de los bandos aparente ser ganador ante sus opiniones públicas y la opinión pública mundial. De momento, los discursos siguen siendo agresivos y hay más países enviando más dinero y más armamento a Ucrania. Rusia no cede y sabe que, tácitamente, está amparada por China. Es un momento muy delicado.

Brasil se ha ofrecido para abrir la vía diplomática. ¿Hay esperanza?
Todas las guerras tienen en paralelo procesos de negociación más o menos encubiertos. El presidente Lula da Silva ha hablado de negociación, pero habrá que ver si le hacen caso, porque las potencias en conflicto superan en importancia a Brasil. Rusia y Estados Unidos tienen que ser capaces de llevar a Ucrania a una mesa de negociación e intentar buscar una salida que deje de destrozar totalmente este país europeo y perjudicar al resto de Europa. Habrá que ver cómo se coloca el precio del diésel tras un año -que todo hay que decirlo- comprando productos refinados del petróleo a Rusia. Rusia necesita una sensación de victoria que pueda ofrecer a su pueblo y volver a negociar con Europa para que nos pueda vender sus casi ilimitados recursos energéticos y minerales.

España cumple con todos sus compromisos económicos y militares. ¿Eso nos hace más vulnerables?
Sí. Nos tratan de vender una imagen de unidad en el contexto europeo, pero cada país intenta solucionar su propio problema. Austria y Hungría se niegan a enviar armas a Ucrania; Polonia intenta consolidarse -con el apoyo de EEUU y Gran Bretaña- como un punto fuerte en Europa que haga el contrapeso a Francia y Alemania... Cada uno va a sus intereses. 

¿España está preparada para responder ante la escalada de tensión?
Ojalá no lleguemos a tener que enfrentarnos militarmente, porque no sé si estaríamos dispuestos a semejante sacrificio, a la dureza y resistencia que ha demostrado el ejército ucraniano.Es fácil hablar de la guerra y otra cosa muy distinta es ver llegar cientos de ataúdes todos los días con militares muertos. O que se haga una recluta entre jóvenes que no están preparados para ir a este tipo de enfrentamientos directos. España sufre una gran fractura social y territorial y, evidentemente, la llamada a una guerra causaría más fractura social y tendría consecuencias políticas.

Rusia necesita una sensación de victoria que pueda ofrecer a su pueblo"

¿Es necesaria una cultura de la defensa en España que nos permita estar más preparados?
Es clave. Los militares somos militares, pero no militaristas. Lo mismo que tenemos policía, porque hay crímenes, o bomberos, porque hay incendios, debemos tener un buen ejército. Y no solo ante las agresiones militares tradicionales, sino por los ataques vinculados con la ciberdefensa o la inteligencia artificial. La vuelta al Servicio Militar Obligatorio tendría una función más allá de la defensa de la Patria con las armas, que es un mandato constitucional, sino que nos permitirá ser conscientes de que vivimos en una sociedad en la que también tenemos que aportar y no solo esperar a que nos aporten. Al mismo tiempo, la mili contribuye a hacer país y ayuda a conocernos todos. Es un elemento aglutinador que en el contexto actual de España nos haría mucha falta. No obligaría a todos a empuñar las armas porque hay muchas otras labores de defensa que hoy no lo requieren y son muy necesarias. 

Sus libros sobre estrategia y defensa son betsellers. ¿Su lectura obedece a que estamos preocupados?
Estamos más inquietos de forma individual que de forma colectiva. Entendemos que hay un problema, aunque a veces nos da miedo opinar al respecto. En mis libros intento recoger la voz de la calle y claro que hay preocupación. 

¿Y le preocupan las relaciones con Marruecos?
Sí. Y hay cosas que me indignan, como que haya políticos españoles, personas públicas y con ascendiente social, que hablen de entregar parte de nuestro territorio [Ceuta y Melilla]. No lo puedo permitir jamás. Me pueden criticar, pero no puedo permanecer callado cuando está en juego la Patria, lo que he jurado defender. 

¿Su condición de militar en la reserva le permite expresarse libremente?
Antepongo mi vocación de servicio, intento hacer un bien a la sociedad contando lo que creo que debemos de conocer todos. Es cierto, soy un militar en la reserva y estoy sometido a la justicia militar, lo que significa que hay límites que no puedo pasar, y me parece bien. No podemos realizar críticas la política nacional, a la acción del Gobierno o de los partidos políticos concretos. Realizo críticas generales, pero no puedo entrar en particularidades.  

No puedo permitir que se hable de entregar Ceuta y Melilla"