Arija y Valdebezana rechazan plantas solares en el embalse

A.C.
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El alcade arijano, Pedro Saiz, ve un «despropósito medioambiental» el decreto del Gobierno que abre la puerta a las empresas a instalar en el pantano del Ebro 215 hectáreas de placas

Vista de parte del embalse del Ebro desde Arija, uno de los municipios que más explota el atractivo turístico de esta gran masa de agua. - Foto: Luis López Araico

A principios de este mes, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico hizo público un Real Decreto que regulará la instalación de plantas fotovoltaicas flotantes en el dominio público hidráulico o en otras infraestructuras hidráulicas de titularidad pública. Entre ellas se encuentra, el embalse del Ebro, donde el Real Decreto plantea la instalación de hasta tres plantas solares en una superficie de 215 hectáreas de esta gran masa de agua, con 4.299 hectáreas. Los alcaldes de Arija, Pedro Saiz, y el Valle de Valdebezana, Juan Carlos Díaz, a quienes se les pasó el periodo de solo siete días para presentar alegaciones al Real Decreto, del que no tuvieron oficialmente ninguna comunicación, rechazan frontalmente esta iniciativa del gobierno.

En España se cuentan un centenar de embalses de titularidad estatal sobre los que podrían ubicarse estas instalaciones. El Real Decreto avanza como la superficie a ocupar por placas solares del embalse del Ebro sería la segunda mayor después de La Serena, en la cuenca del Guadiana. Por estar considerado un embalse «mesotrófico», es decir, «con un nivel moderado de productividad biológica», en el del Ebro se podría alcanzar una superficie cubierta del 5%. El estiércol que genera el ganado que pasta en sus orillas eleva los nutrientes de las aguas y conlleva, junto a otros factores, la proliferación de algas y esa moderada productividad biológica.

 El alcalde arijano ve con muy malos ojos estas concesiones que podrían extenderse por 25 años y no duda en calificar estas plantas solares de «despropósito por su afección al medio ambiente y al turismo». Saiz avanza que aún se desconoce el lugar donde se instalarían las plantas flotantes, que podrían situarse a orillas del municipio cántabro de  Las Rozas de Valdearroyo y muestra su total confianza en que Medio Ambiente niegue los permisos.

Arija está entre las localidades que más explotan el tirón turístico del embalse gracias a sus playas, las dos únicas zonas de baño autorizadas. La localidad cuenta con un albergue, casas de turismo rural y un camping. Por ello, el regidor entiende que estos planes del Gobierno irían en contra del desarrollo turístico de Arija y promueve que se ubiquen sobre «terrenos baldíos». Varias empresas ha pedido suelo al Ayuntamiento, pero Díaz solo está dispuesto a alquilar 30 hectáreas y demandan, al menos, 100.

Mientras, el alcalde de Valdebezana cree que en el territorio burgalés, las plantas solares chocarían con la concesión minera que autoriza a la multinacional Sibelco a dragar el fondo del embalse para extraer arena. Pero fundamentalmente lo harían con el sector turístico y causarían «un impacto visual tremendo». «Con estos proyectos no vamos a potenciar el turismo que es de lo que vivimos», señala Díaz, quien cree que también limitarían la práctica de kit-surf y wind-surf y restarían atractivo al circuito de 68 kilómetros de carretera que rodea el embalse y que frecuentan ciclistas y turistas. El alcalde de Valdebezana confía en que «el fuerte oleaje, con olas de hasta un metro y medio, hagan inviable una planta solar en la zona burgalesa». Pero, «si se diese la situación de que una empresa está interesada en nuestra zona haríamos lo que fuera preciso por evitarlo», concluye Díaz muy crítico con el Gobierno que «carga sobre los pueblos estos proyectos para que se beneficien las grandes ciudades».