La rehabilitación como centro cultural y de ocio de uno de los cuatro antiguos gallineros que adquirió el Consistorio hace un par de años es uno de los proyectos estrella de estos últimos meses de legislatura.

Tras quedar desierta la licitación de las obras de la primera fase de acondicionamiento de la nave en agosto pasado, que salió por un precio de 244.000 euros, el Ayuntamiento de la villa ducal ha decidido sacar un segundo concurso para contratar la totalidad del proyecto, incorporando la urbanización exterior del entorno de la instalación avícola, con un precio global de 322.632,40 euros, lo que supone un incremento del 16,48% con respecto al presupuesto inicial en el que se valoró el proyecto en su conjunto que fue de 284.000 euros.

Según explica la alcaldesa de Lerma, Maribel Sancho, ante la falta de ofertas para ejecutar la obra, se ha revisado al alza el coste, teniendo en cuenta el incremento experimentado en los precios de los materiales de construcción. Sancho reconoce que en el primer presupuesto, los precios estaban muy ajustados y que puede ser uno de los motivos de que ninguna constructora se haya interesado por la rehabilitación del gallinero, circunstancia a la que se suma también la falta de disponibilidad de muchas empresas inmersas en obras públicas tras el empujón de las administraciones para ejecutarlas este año.

La regidora lermeña entiende que sacar a contratación la totalidad del proyecto con ese incremento resulta más atractivo y espera que en esta ocasión se presenten ofertas. El plazo está abierto hasta el próximo día 3 de febrero.

Sancho explica, por otra parte, que la rehabilitación se financiará con cargo a la subvención de la Diputación de Burgos correspondiente a 2022, tal y como estaba previsto costear la primera fase, e incorporando la cantidad que le corresponda al municipio de la convocatoria de Planes Provinciales de este 2023. 

En cuanto al proyecto, el Ayuntamiento pretende transformar esa instalación típica ganadera en un espacio cultural para poder llevar a cabo actividades a cubierto y ganar un inmueble multiusos del que ahora carece la villa, sus vecinos y las asociaciones. 

La nave, que tiene 536 metros cuadrados de planta, se ubica en una parcela de 7.619. Se destinará una parte a merendero ocupando 133 metros cuadrados y otra mayor, de 227 metros cuadrados, se dejará para usos diversos. Contará igualmente con dos espacios para cocina y dos aseos. Además, hay que levantar el tejado, actualmente en muy mal estado. 

En cuanto a la urbanización exterior, se hará la acometida de los distintos servicios de luz y agua y la pavimentación de la explanada, y se construirá un colector de recogida de aguas.

La alcaldesa destaca el cambio que está sufriendo toda esa zona de la villa ducal, en el entorno de la plaza de toros y la conocida como plaza de los Cochinos que también se rehabilitará para acoger un centro comarcal vinculado a la creación artística y artesanal.