Tras diez años, varias sentencias contrarias y algún que otro regate a las instancias judiciales, el Ayuntamiento claudicó el pasado mes de agosto y señalizó los fotos rojos ubicados en seis semáforos de la ciudad. Estos dispositivos, que captan si un vehículo se salta el regulador, estaban al mismo nivel recaudador que los radares fijos. Sobre todo cuando se decidió colocar aparatos en todos los postes hace dos años, pues antes había solo uno estable en la avenida del Arlanzón, mientras que en los otros cinco rotaba. Tras un espectacular repunte en 2021, el pasado año descendieron las denuncias un 11%, lo que ha provocado que la administración local ingrese en multas 178.000 euros menos. 

Resulta casi imposible desligar la señalización con el descenso de sanciones de los foto rojos en 2022. Y es que en el mes de julio el número de multas de los semáforos espía eran un 70% más que en el mismo periodo de tiempo del ejercicio anterior. Un año en que, por cierto, estos aparatos batieron el récord desde su instalación debido a que fue el primero en el que los seis postes estaban activos. Sin embargo, el ritmo de denuncias fue aminorando coincidiendo con la señalización de las ubicaciones. 

Según la memoria de la Policía Local, el pasado año finalizó con un total de 7.668 denuncias por saltarse los semáforos vigilados por los aparatos detectores. Fueron 894 menos que en 2021. La multa por esta infracción es de 200 euros y la detracción de tres puntos del carné de conducir. Esto equivale a una recaudación de poco más de millón y medio de euros, que en comparación con el ejercicio anterior supuso un decremento del 10%.

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