La dificultad de los pasos de cebra en Bayas y Los Ángeles

ARSENIO BESGA
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En la parte exterior de la zona y en el polígono sí cumplen los requisitos necesarios para las personas con problemas visuales o con movilidad reducida. Desde la ONCE advierten de que la legislación vigente «dice que es obligatorio»

Aunque las aceras en Bayas tengan una parte con hierba, en la ONCE creen que podrían rebajarse los cruces y poner botoneras sin mayor problema. - Foto: A.B.

Las personas con discapacidad visual o con movilidad reducida tienen muy complicado desplazarse con seguridad por la zona interior de Bayas y Los Ángeles. Para unir las calles dentro de estas barriadas existen un total de 21 pasos de cebra señalizados en el firme. Sin embargo, únicamente 3 cuentan con un acceso adecuado y acorde a la normativa vigente. Es decir, tan solo el 14,28% de los lugares habilitados para que los peatones crucen la carretera poseen su pertinente rebaje.

Las excepciones a esta realidad se encuentran bastante separadas entre sí. Una de ellas se sitúa junto a Manzana número 7 del Poblado de Ence, o lo que es lo mismo, frente a la pista de tenis abierta. Las otras dos se encuentran en la calle Rivabellosa y, en realidad, no tienen rebajes. En esos pasos de cebra que están muy cerca del polígono de Bayas se colocaron elevaciones en la carretera para mermar la velocidad de los vehículos y, con ello, se igualó la altura de la acera y de la calzada. En la zona industrial y en la Carretera de Logroño, ambas en el exterior del barrio residencial, la situación es completamente diferente. Todos los pasos de peatones están en unas condiciones óptimas.

«Los arquitectos tienen que guiarse por una normativa, y la normativa dice que es obligatorio que estén rebajados e identificados con una botonera», explica María José Galván, profesional de ONCE Burgos. «Y que esta botonera tenga un camino hasta la pared», subraya. Por tanto, la realidad de las calles que rodean a Bayas y a Los Ángeles debería compartirse en el seno de sus vías internas. Ahora bien, Galván recuerda que «no todos los Ayuntamientos lo aplican, es una pena». En algunos puntos de estas zonas de Miranda hay un estrecho prado antes de que termine la acera, pero esto no supone un impedimento para adaptar la ciudad a todos sus habitantes. «Ahí podrían hacer un corte. Se puede, por supuesto», creen en la ONCE. 

En cualquier caso, desde esta organización sin ánimo de lucro explican que se trata de una «necesidad» que los cruces para los peatones cuenten con rebajes, botoneras y caminos hasta la pared. «Para el colectivo con el que trabajamos nosotros, personas con discapacidad visual, si no tiene ningún tipo de referencia es bastante difícil porque no saben cómo cruzar», reconoce Galván. Eso sí, por desgracia, «las personas con movilidad reducida lo tienen todavía peor». De hecho cuesta imaginar cómo un individuo en silla de ruedas podría bajar varios escalones de más de diez centímetros cada vez que desee atravesar su barrio.

Con todo ello, en la Organización Nacional de Ciegos Españoles (ONCE) apuntan que las barreras arquitectónicas hacen que las personas con estas dificultades «tiendan a aislarse». «Hay a quienes les da miedo hacer ciertos recorridos. Otros, deben buscar recorridos alternativos que les hacen dar una vuelta muy grande y, por tanto, deciden no hacerlo, no bajar de casa», argumenta Galván. A ojos de esta profesional, los problemas de este tipo están solventándose en la gran mayoría de ciudades de nuestro país. Por un lado, «los Ayuntamientos se están implicando más» y, por otro, en algunas ocasiones desde la propia corporación en la que ella trabaja se ponen en contacto con la administración para solicitar cambios. 

El núcleo urbano. El Ayuntamiento de Miranda ha emprendido una labor correcta en el centro de la ciudad para adaptar sus pasos de cebra a las personas que lo necesitan. Desde hace más de una década, la inmensa mayoría de cruces para peatones cuentan con rebajes y botoneras. Y los que no, se están colocando. Buenos ejemplos de ello se encuentran en la calle Francia, el Camino de Anduva y la Avenida Europa, donde el Consistorio comenzó hace un mes las labores necesarias. No obstante, todavía quedan otros lugares por reformar. Entre ellos, en la calle Altamira hay un paso sin rebaje y en la calle de la Paloma, otros dos.