Los vecinos, a favor de poner cámaras en la calle Hospicio

L.N.
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Los residentes del barrio de Santa Catalina, en Aranda, piden que la medida se haga realidad siempre que sirva para que, en caso de peleas, se identifique y denuncie a los causantes

Las patrullas de la Policía Local de Aranda pasan de manera continua por la calle Hospicio durante todos los días. - Foto: L.N.

El consenso es pleno. Vecinos y comerciantes del barrio de Santa Catalina, especialmente de la calle Hospicio y aledañas, están de acuerdo con que se instalen cámaras de videovigilancia. Todos coinciden en la necesidad de buscar una solución a las continuas peleas que se registran en esta zona desde hace tiempo. «Se tenía que haber hecho esto mismo mucho antes, nos han dejado el barrio abandonado desde hace diez años, qué pena», exclama la dueña de una pequeña tienda de ultramarinos. 

En líneas generales, todos los consultados consideran positiva esta medida y defienden que si en caso de altercado las imágenes sirven para identificar a los causantes y poder denunciarles, bienvenidas sean las cámaras. «El resultado ya lo veremos, se trata de poner remedio a esta situación. Si nos quedamos de brazos cruzados, el problema crecerá», advierte el presidente de la Asociación de Vecinos de Santa Catalina, Antonio Adeliño, al tiempo que añade que «con las cámaras de seguridad se suele evitar que se repitan este tipo de historias». A su juicio, «la impunidad da lugar a que se cometan actos de gamberrismo o delictivos otra vez». 

Aunque por ahora no hay nada definitivo y la Jefatura de la Policía Local se encuentra elaborando un informe, por encargo de la Alcaldía, que después se presentará ante la Subdelegación del Gobierno en Burgos para que dé o no el visto bueno, los vecinos defienden que no hay tiempo que perder. «Si hay tortas, que se identifique a los culpables», declara un hombre de mediana edad, a lo que otro añade:«Hay mucha movida y no viene mal un poco más de control». En esta línea, otra mujer no pasa por alto que «muchos pierden el control cuando llevan dos copas de más y, claro, todo termina en pelea». A su juicio, siempre ha sido una zona de alterne, con numerosos locales de ocio y discotecas, «pero la cosa se ha puesto bastante fea». 

Los altercados de los últimos meses, que dejaron al menos 15 detenidos en tres fines de semana durante el verano, han provocado malestar entre los vecinos. Es cierto que notan más presencial policial, pero varias personas han optado por no pasar por la calle Hospicio. Un hecho que constatan algunos comerciantes. El dueño de uno de los locales con más solera de la calle Pizarro admite que «muchos clientes» le han trasladado que ya no compran en su establecimiento porque «se dan la vuelta por la calle Santiago o Sol de las Moreras» para evitar este tramo. Mientras, la gerente de otro comercio advierte que «el trapicheo en algunos tramos de la calle Pizarro es alucinante», por lo que pide que ahí también se coloquen cámaras. «No todo el problema está en Hospicio, aquí notamos inseguridad». 

«Me huele a campaña». Pese a la unanimidad que muestran vecinos y comerciantes en lo que respecta a la posible instalación de cámaras de videovigilancia, de repente, casi como quien no quiere la cosa, la propietaria de un establecimiento advierte que esta medida podría tener algo que ver con las elecciones municipales del próximo año. «Me huele a campaña», espeta a modo de sospecha, mientras atiende a sus clientes. 

Lo cierto es que ya en otras ocasiones se planteó esto mismo, pero no llegó a materializarse. Basta con acudir a la hemeroteca. En abril de 2012, la alcaldesa, Raquel González, ya sopesó instalar cámaras en la calle Hospicio por el repunte que hubo entonces de episodios violentos, especialmente durante las noches de los fines de semana en esta zona de copas. Eso sí, ni ese año hubo campaña electoral ni tampoco en 2016, cuando también se barajó controlar el entorno de la citada calle y de Pedrote con cámaras. Pasa el tiempo y el motivo no varía: altercados, a veces con heridos, y cierta sensación de inseguridad para los vecinos. 

«Está claro que el barrio necesita un cambio. Esta zona antes era muy transitada, pero ahora roza el abandono», indica otro vecino, mientras aprovecha para reclamar una solución a otras necesidades. A modo de lista, enumera que «en algunas partes las aceras son inexistentes», que se necesita «una limpieza total» y poner badenes ya que los coches, en Pizarro «bajan a una velocidad de locura».