El mapa de la contaminación acústica de la capital ribereña avisa: el 15% de la población de Aranda de Duero, eso son más de 5.000 personas, soportan niveles de ruido superiores a los permitidos para llevar una vida saludable, lo que equivale a superar los 66 decibelios de media a lo largo de todo el día. Según las mediciones realizadas para elaborar este documento, que debe servir para implementar medidas para la reducción de los niveles de ruido, los registros diarios son superiores a los nocturnos, pero como la normativa marca una menor tolerancia al ruido por la noche «el porcentaje de población afectada respecto a los valores límite es mayor».

El estudio realizado en el ámbito urbano del casco arandino arroja que los dos factores que más influyen en esta contaminación acústica son el tráfico y la actividad industrial. El primero es el que más afecta a la población del entorno urbano mientras que el segundo, si bien es destacado, el porcentaje de población expuesta es testimonial ya que las factorías no comparten espacio con las viviendas. En el ámbito industrial, la máxima medición se registró en el entorno de Pascual con 67,6 decibelios, seguida de la obtenida en Michelin, con 63,8 decibelios, y GSK con 54,5.

Sin embargo, a la hora de medir la contaminación acústica no se incluyen otros focos de ruido como puede ser el ambiente nocturno en el control de decibelios a pie de calle que, en determinadas zonas de la ciudad como la calle Hospicio y el entorno de la plaza de Santa María, puede arrojar datos por encima de los permitidos en determinados momentos. En la elaboración de este tipo de mapas del ruido también se suele valorar el tráfico ferroviario y el aeroportuario; que en Aranda el primero es mínimo y el segundo inexistente por razones obvias.

Por barrios, dado que es el tráfico el factor que provoca la contaminación acústica, la distribución de la población afectada corresponde Santa Catalina, Allendeduero y El Ferial. Curiosamente, las tres vías en las que se registra mayor ruido provocado por el tráfico corresponde una a cada uno de esos enclaves: San Francisco en El Ferial, Sol de las Moreras en Santa Catalina y la avenida Castilla en Allendeduero. El resto de las calles más ruidosas en Aranda son Carrequemada, la plaza Mayor, la calle Hospicio, Burgo de Osma a la altura del Centro de Salud Sur y la avenida El Espolón.

Sugerencias de mejora. El Ayuntamiento de Aranda cuenta con unos planes de acción para la reducción de los niveles de contaminación acústica, empezando por diseñar la red viaria evitando pendientes y las curvas, si bien estas herramientas son difíciles de implementar en trabajos de reurbanización, no en cambio en las nuevas zonas de desarrollo urbano. 

A la reducción de la velocidad máxima a 30 kilómetros por hora, que ya está implantada, se apuesta por el uso de pavimentos especiales, como los utilizados en la mejora del entorno de Moratín y de la avenida de Burgos, junto con el mantenimiento del asfaltado para evitar los baches. A ello se suma la promoción del transporte colectivo, en bicicleta o los desplazamientos a pie. En el ámbito comercial se apuesta por gestionar la distribución urbana de mercancías con áreas de reparto por proximidad.