"Putin ya es uno de los grandes sátrapas de la historia"

R. PÉREZ BARREDO
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El periodista burgalés Valentín Díaz Marijuán, que fue corresponsal de TVE en Moscú, ofrece claves sobre la guerra desencadenada por Putin, a quien conoció durante su estancia en la capital rusa

El periodista burgalés, saludando al hombre que ha puesto al mundo patas arriba. - Foto: V.D.M.

"Haber vivido como periodista en Moscú no me concede ninguna autoridad, ninguna insisto, para opinar sobre la guerra desencadenada por Putin. Además, han pasado ya quince años desde que regresé de Rusia y la aceleración de los cambios radicales que se están produciendo en el mundo a cuenta de la cuarta revolución industrial y el cambio climático, y los propios cambios geopolíticos, relativizan aún más cualquier comentario". Es humilde, mucho, Valentín Díaz Marijuán, uno de los mejores periodistas burgaleses de la historia. Intelectual cabal, fino analista, ensayista y poeta, desarrolló su carrera profesional en RTVE ocupando cargos de responsabilidad y corresponsalías de aúpa como las de Budapest (cubriendo Europa Central y Oriental), México (Centroamérica y Caribe), Lisboa, Miami y, por último, Moscú. Es posible que sea el único burgalés que le ha estrechado la mano a Putin, el hombre que ha puesto en vilo al mundo.

"En la época en que estuve en Rusia, Putin ya se comportaba con una cierta arrogancia, propia de quien pretende mostrar impúdicamente su poder, pero ahora sus gestos son de una chulería mafiosa y de una prepotencia que sería, incluso, ridícula si no fuera tan enormemente peligrosa", reflexiona Valentín Díaz. Asegura el veterano periodista burgalés que exceptuando al servicio de inteligencia norteamericano, "me parece que nadie pensaba, realmente, que Putin llevaría a cabo una invasión general de Ucrania. La idea que muchos tenían, y yo así lo pensaba, era que invadiría las autodenominadas repúblicas de Donets y Lugansk, una vez que había reconocido su independencia. Y que a partir de ahí, procedería a desestabilizar al resto de Ucrania. Imparte órdenes de asesinar, sin escrúpulo alguno. Su increíble y matonil desafío a todo el mundo occidental, ha venido precedido de varios años acumulando reservas de divisas y de una decidida acumulación y renovación tecnológica de su armamento. Y ha atacado cuando Europa empezaba a recuperarse de los graves efectos económicos de la pandemia. Es decir, en un momento propicio para causar mucho daño a Europa", apostilla.

Díaz Marijuán, que como enviado especial de TVE recorrió gran parte de Europa, África y América, narrando en primera línea las guerras de Croacia y Bosnia, la caída del régimen comunista de Albania, el conflicto de Chiapas, la intervención norteamericana en Haití y el regreso de Arístide, el caso Elián González, la disputa electoral Gore-Bush o el juicio a Joaquín José Martínez, entre otros acontecimientos de las tres últimas décadas, considera, tiene claro el afán imperialista de Putin. "Se piensa, en general, que quiere recuperar el dominio de lo que era la antigua Unión Soviética y su zona de influencia. Y es verdad. Eso de que la desaparición de la Unión Soviética era la mayor catástrofe geopolítica del siglo XX lo ha repetido en varias ocasiones y lo dijo en un par de multitudinarias conferencias de prensa a las que yo asistí. Es clara su intención de recuperar lo perdido". Pero cree el periodista burgalés que eso no es todo: "Creo que sus intenciones no se quedan ahí. Junto a eso, sus pretensiones pasan por desestabilizar y humillar a Europa Occidental y a la Unión Europea en su conjunto. Nuestras sociedades del bienestar, de las libertades y los derechos democráticos, del imperio de la ley, son un desafío para sus concepciones autoritarias y fascistoides del poder político y, por tanto, para el propio estatus de la Rusia actual, reprimiendo sin contemplaciones a la oposición, y ejerciendo el poder dictatorialmente, con esa pátina de Estado mafioso y chantajista. Su objetivo final sería, pues, una Europa débil y sometida indirectamente a Rusia", subraya.

Vocación de imperio. Para entender cuanto está pasando, Valentín Díaz considera fundamentales dos cuestiones: "Por un lado, su vocación de Imperio. Su nacimiento como nación está inseparablemente unidad de su vocación imperial. Así era en la época zarista y así lo fue en la época soviética ; y así lo asume plenamente Putin. Por otra parte, es un país marcado por regímenes atrozmente dictatoriales, es decir marcados por el ejercicio de la fuerza. Los últimos treinta y cinco años son los más beningnos, con muchísima diferencia, de toda su historia, y, desde luego, los de mayor bienestar general. Y esto último, la población rusa lo asocia, lógicamente, con Putin. Pero el autoritarismo dictatorial no ha desaparecido. Lo único que respeta Putin, y desgraciadamente, una parte no desdeñable de los rusos, es la fuerza. La fuerza bruta. Los terribles acontecimientos de Ucrania son una prueba más".

El problema para Putin, entiende el veterano reportero burgalés, es que no parece haber calculado bien "las consecuencias de la barbaridad de invadir Ucrania a sangre y fuego. Seguramente creía que los europeos, esos individuos débiles y despreciables, que es como Putin nos ve, no iban a mover un dedo por Ucrania y, sobre todo, que los gobiernos de la Unión Europea, con sus divisiones y enfrentamientos, no iban a tomar una posición común, tan unida y tan firme. Contaba con las sanciones económicas, pero muy probablemente no imaginaba la magnitud de las que ya se han puesto en marcha. Y que podrían ser aún más severas. Putin ha logrado unir a todos los países europeos de manera decidida y además apoyando a una OTAN, que desde un estado de creciente debilidad se ha convertido, más que nunca, en el paraguas indispensable de una Europa que ha visto, con tanta lucidez como temor, que Putin es mucho más peligroso de lo que se pensaba y no se fía ni un pelo de su agresividad y su desaforado nacionalismo. Hasta Alemania se ha dado cuenta de lo peligroso de la situación, doblando su presupuesto militar y dispuesta, como el resto de Europa, a compartir sacrificios".

Aislado y sin crédito. "Putin no sólo está aislado internacionalmente". Va más allá Díaz Marijuán en su diagnóstico: "Su crédito internacional es cero y nunca podrá recuperarlo. Ha quebrado los lazos históricos con Ucrania y herido los sentimientos de millones de rusos y ucranianos. Podrá seguir gobernando en Rusia (y ya veremos a qué precio) pero ningún dirigente concederá el mínimo valor a su palabra. Su lugar en la historia ya está unido a los de los grandes sátrapas. Su decisión de invadir Ucrania inaugura una nueva época en eso que se llama la geopolítica mundial, incrementando hasta límites insospechados la incertidumbre, los temores y los desequilibrios introducidos por los cambios históricos que se están produciendo en el mundo desde la última década del siglo XX a lomos de la digitalización de la cuarta revolución industrial y del desafío del cambio climático y de lograr economías 'sostenibles'. Todo el mundo sabe que este es un conflicto con enormes consecuencias para el presente y para el futuro. Las acciones de guerra se cuentan por días pero sus consecuencias se van a contar en años y quién sabe si en décadas. Rusia confía en su alianza con China, pero China va actuar en función de sus intereses, no en los de Putin".

En este sentido, considera que el gigante asiático "se ha convertido en una verdadera megapotencia económica, tecnológica y militar, y lo último que desea es parar su imparable ascensión, por lo que sus pasos respecto a las aventuras de Putin estarán medidas con lupa. China y Rusia comparten miles de kilómetros de frontera común, a un lado de la cual residen muy pocos rusos, mientras que del otro lado hay decenas de millones de chinos. Un escenario conflictivo en un futuro más o menos lejano", concluye el gran periodista burgalés.