María Jesús Jabato

Señales de vida

María Jesús Jabato


Dar la batalla

30/09/2022

El pasado fin de semana ardió el Cid en una falla y este andamos metidos en harinas medievales con el Burgos Cidiano, o como quiera que se llame el invento que nos ocupa. Don Rodrigo da mucho juego después de muerto; siendo fiambre ganó a los moros y vuelve ahora por sus fueros para echar una mano en la promoción de la ciudad, que no hay forma de ponerla en el mapa como merece.

El alcalde De la Rosa y su conmilitón Marañón, querrán, suponemos, un Burgos moderno, pero recurren al pasado, al Cid, y lo hacen volver con los sesenta pendones del Cantar para fomentar el turisteo. Tal vez se crean originalesa aunque nada nuevo hay bajo el sol, y tiempos hubo en que los maltrechos huesos de don Rodrigo, custodiados en la Casa Consistorial, eran reclamo de foráneos y curiosos; dos ujieres mostraban por una peseta una urna de madera cifrada con el escudo nacional que contenía dos vasos con cenizas, huesos del cráneo y una mandíbula rota del Campeador. Tenía el Ayuntamiento un altar en el que decían misas por el de Vivar, que matar moros no es la mejor carta de presentación para entrar en el paraíso, y hasta el propio don Rodrigo prometió sufragar mil misas según dice el Cantar.

Tanta avidez por ver la podrida osamenta y tanta peseta que iba a parar quién sabe si al bolsillo de los ujieres, al del clérigo que elevaba plegarias por el alma del héroe o a las arcas municipales, movieron la pluma de Pérez Galdós, que, considerando indecoroso el trato que se daba a los restos del Cid, propuso que se le diera digna sepultura en la Catedral, y escribió los versos que debían grabar en la losa: Aquí yacemos dormidos -yo el Buen Cid y mi Jimena-. Non me guarden con cerrojos, -ni me aferren con cadenas-, que por mucho que me llamen no he de salir de esta fuesa.

Hubo un tiempo, decimos, que los huesos fueron gancho turístico, como ahora son el ninot fallero y la recreación municipal de justas y batallitas, porque el Cid siempre vuelve dispuesto a sacarnos de un apuro, ya matando moros, ya haciendo caja, ya echando un capote a la ineficaz Promueve, aunque, decían los últimos versos de Galdós -cámbiese en ellos España por Burgos-… las batallas que a España -han de dar prestancia nueva-non se ganan con Tizonas-, ni Coladas ni Babiecas

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ARCHIVADO EN: Peseta, Burgos Cidiano, España