El calor disparó la contaminación uno de cada 6 días en 2022

L.M.
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Los burgaleses sufrieron 64 jornadas con niveles de gases como dióxido de nitrógeno, ozono o de partículas PM 10 por encima del límite que marca la Organización Mundial de la Salud

La histórica calima del 15 de marzo elevó los niveles de partículas PM 10. - Foto: Valdivielso

El ambiente más cálido y seco de lo habitual que caracterizó al 2022 provocó que, de media, los burgaleses respirasen aire contaminado uno de cada seis días durante el año pasado. Las estaciones de la Red de control de la Junta ubicadas en la plaza de Lavaderos y Fuentes Blancas notificaron hasta 64 jornadas con niveles por encima de los límites diarios que marca la OMS.

El ozono, que principalmente se genera por culpa de los automóviles y de las industrias, fue el gas que más perjudicó la salud de los vecinos de la capital. La concentración máxima fijada por la Organización Mundial de la Salud es de 100 microgramos por metro cúbico, un valor que se rebasó 36 días. Se trata de un contaminante que se genera sobre todo en época estival, cuando la temperatura ambiente es mayor. El periodo más crítico fue el de la histórica ola de calor de julio: entre el 9 y el 21 se batió la marca máxima, con especial atención al tramo entre el 9 y el 15, cuando no se bajó de los 127 microgramos.

El dióxido de carbono fue el segundo contaminante más común durante el 2022. En hasta 22 jornadas se batió el límite de la OMS, especialmente en los días de finales de enero y principios de febrero. También en los compases iniciales de octubre, cuando se produjo una inusual ola de calor, las estaciones de la Junta registraron niveles de dióxido de nitrógeno anormalmente altos. Por último, las partículas en suspensión PM 10 y PM 2,5 castigaron la salud de los burgaleses 14 días. El tope de presencia se focalizó el 15 de marzo, cuando la histórica calima tiñó la capital y la provincia de polvo procedente del Sáhara. La concentración de partículas PM 10 se disparó hasta los 240 microgramos por metro cúbico de aire.

Mala medición. A mediados de junio también se produjo un fenómeno similar -aunque con una menor incidencia- que no obstante hizo saltar los indicadores de la Junta durante tres días seguidos. En octubre ocurrió lo mismo durante dos. «De acuerdo a las mediciones que hemos hecho en 2020, 2021 y 2022, la estación de la plaza de Lavaderos está mal ubicada, ya que registra menos contaminación de la real», asegura Miguel Ángel Ceballos, portavoz del departamento de Calidad del Aire de Ecologistas en Acción.

A finales del pasado 2020, su entidad colocó 25 medidores en distintos barrios de la ciudad para conocer el nivel de contaminación real que respiraban los burgaleses. Únicamente el situado a la altura del número 129 de la calle Vitoria arrojó una tasa mayor de la recomendada, lejos de los registros que marcó la estación de Lavaderos situada unas calles al lado. «En 2006 la Junta decidió retirarla a un lugar menos afectado por el tráfico a motor», lamenta Ceballos.