Las vacaciones online no son consuelo

A.S.R.
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Los blog de viajes sufren una dura caída de visitas de entre un 60 y un 85%, algo menos los últimos días, y detectan una preferencia por las entradas sobre destinos nacionales

Rebeca Serna quiere redescubrir la España Vaciada contando con ella. - Foto: Rebeca Serna

Maletas que han vuelto al altillo, pasajes de avión rotos por la mitad, botas de montaña limpias, chanclas perdidas en el armario, guías cubiertas de polvo y bitácoras virtuales olvidados en el historial de internet. La libertad de movimientos será uno de los derechos que más tarde se recuperen. Habrá que esperar a la Fase 2 solo para hacerlo en la misma provincia. Las aventuras internacionales pasan a mejor vida. Esta realidad salpica a muchos subsectores del turismo. Uno de ellos son los blog de viajes. De la pupa que los ha hecho la pandemia de la covid-19 hablan cuatro blogueros burgaleses.

Coinciden en la caída en picado del número de visitas, entre el 60 y el 85%, con un leve repunte en los últimos días, y una preferencia acusada por las entradas sobre destinos nacionales.
«El sector turismo está devastado, sea un negocio directo o indirecto. Nuestros ingresos dependen de que a los hoteles los vaya bien, que la gente viaje...», introduce Rebeca Serna, autora de Viajeros 3.0, que empezó a ver menos acceso a la web incluso antes del estado de alarma, con un 85% menos en las primeras semanas y un 70% en las últimas. Esos números la hacen ser optimista y espera que, como si de un videojuego se tratara, según se vayan pasando fases, la gente recupere la confianza y aumenten las reservas de verano.

Esa luz ya la empieza a ver Mar Vara, creadora de A un clic de la aventura, un blog de viajes en familia que realiza con su marido y sus dos hijos. Con el inicio del proceso de desescalada ha advertido un mayor movimiento en una web que acumula un descenso del 60%. Ha mantenido mejor el tipo Viajes y Estilo, un blog que comparte con otras tres colegas, y al que ha salvado su diversidad de contenidos (belleza, vida sana...).

En el 75 % cifra Jorge Palencia, autor de Trotaburgos, la bajada de los clic a su web y hasta el 80% la sube Miguel Ángel Santamarina, de El viaje de Sofi. Ambos convienen con sus colegas en ese tímido incremento de las últimas jornadas, pero también introducen una variante preocupante: la incertidumbre y la crisis social que se adivina en el horizonte.

Palencia: «La gente está a la expectativa. Hay muchos que no saben cuándo van a cobrar los ERTE, otros que se quedarán en el paro, a algunos los han dado vacaciones encubiertas....».
Santamarina: «Hay que pensar que la situación económica es complicada y que habrá quien priorice otras cosas frente al turismo y al ocio, aunque también quien quiera seguir viajando. Habrá mucha reconversión, se generará competencia de precios en los alojamientos, que puede ser negativo si baja la calidad, pero, por otro lado, las empresas tienen que llenar para mantener los empleos».

Mete ahí el dedo en la política. Y lo que ve no le gusta. Menos si lo compara con las noticias que lee de lo que ocurre en el resto de países europeos. «No sé si es que en España estamos a otras cosas o realmente no vemos la importancia que el turismo tiene en el PIB. Es la mayor amenaza que vemos, que mientras otros países sí están apoyando al sector, aquí no hay ese compromiso», destaca y asegura que, a pesar de todo, son positivos, aunque sin levantar los pies del suelo.  
Turismo desde el sofá. El confinamiento podía haber producido un efecto rebote. Que ante la imposibilidad de moverse de casa, la gente se lanzara a viajar pantalla mediante. No ha sido el caso. Mar Vara confiesa que ella llegó a pensarlo, pero pronto vio que se equivocaba. «Igual que leen un libro podrían dedicarse a buscar ideas para futuros viajes, pero no ha sido así en absoluto», remacha. Palencia también es de los que piensan que las visitas no tienen por qué estar ligadas a la planificación de un viaje, sino que cuenta igualmente la curiosidad por lo escrito por otros.

«Hay gente a la que le gusta viajar sentada en el sillón de su casa leyendo blogs. Al margen de la situación actual, las entradas son constantes, no hay más en primavera o verano, quizás sí en agosto, pero no es un repunte significativo», desvela y se explica lo ocurrido en el desánimo de los ciudadanos ante la pandemia.

¡Que viva España!

La gente empieza a asumir que coger un avión es una posibilidad lejana, pero con el plan de desescalada en marcha sí atisba que podrá irse de vacaciones a un destino nacional, amén de la campaña al turismo español que se empieza a vislumbrar. Y esta percepción se traslada a los blog, que detectan un interés mayor por los encantos de España.
Trotaburgos, especializado en viajes internacionales, lo ha notado de forma clara. «La gente busca tanto litoral como rutas de interior. Son datos significativos», sostiene su autor, que habla de una ruta por la costa del norte como una de las más visitadas.

El norte acapara las miradas. Por lo menos de las familias. A un clic de la aventura señala a Pirineos, Asturias y Cantabria como los que más visitas han recibido durante la clausura. «La gente busca sitios muy amplios, de naturaleza, donde no esté en contacto con mucha gente», perfila Vara.

El viaje de Sofi percibe curiosidad por Asturias, sí, pero sin desmerecer destinos de playa como Andalucía y Comunidad Valenciana. Santamarina llama la atención sobre otras propuestas menos espectaculares como son los museos y habla de los tres pasos que marca el coronavirus: primero redescubrir la propia ciudad, luego la Comunidad y después el país.
Rebeca Serna sí tiene claro que «la gente ya se ha hecho a la idea de que este año no podrá salir del país», aunque ella reconoce que en Viajeros 3.0, con más de la mitad del contenido made in Spain, no ha sido tan descarado este amor por la patria. Siempre está.

‘La otra España’, bella, serena y herida

Compartir las experiencias vividas en un lugar al que tienen acceso millones de personas ya habla del compromiso de los blogueros de viaje con los territorios que visitan. Pero algunos autores de estos cuadernos de bitácora dan un paso más como el que lleva a Rebeca Serna a ajustar su objetivo en la llamada España Vaciada. La creadora de Viajeros 3.0 pone en marcha La otra España, un proyecto con el que, anota, busca aportar su granito de arena a un problema real y cada vez más acuciante: «Me he propuesto descubrir algunos de esos lugares castigados por la indiferencia. Pueblos y comarcas con falta de recursos, de infraestructuras, de oportunidades para los jóvenes, de futuro. La llamada España Vaciada».
No tiene intención de irrumpir en estos parajes cual llanero solitario, sino que busca la complicidad de comarcas, ayuntamientos, mancomunidades, asociaciones, peñas o grupos juveniles (https://viajeros30.com/la-otra-espana/). A estos los pide que la cuenten «ese pequeño tesoro que aún no ha salido a la luz, puede ser un pueblo, una aldea perdida, una comarca, una zona natural de especial interés o, simplemente, lugares que consideras injustamente relegados a un segundo plano».

El siguiente paso la llevará a escribirlo, fotografiarlo y difundirlo. «No podemos olvidar que el turismo es una potente herramienta para la creación de empleo. Aunque estas extensas comarcas necesitan mucho más, la atracción de viajeros constituye un buen comienzo y, más adelante, puede mejorar servicios públicos e infraestructuras», sentencia Serna, quien insiste en que es un proyecto a largo plazo y que ahora mismo se encuentra en la primera fase, la de la búsqueda de colaboradores, y en ningún caso viajará al terreno hasta que no esté superada la pandemia.

«Cuando se abra la veda, los pueblos pequeños y sus negocios van a necesitar la misma ayuda que los de la costa de Alicante o de Sevilla y esta es mi manera de aportar», explica la periodista y fotógrafa, que espera volcarse con Burgos.

Reitera que se ejecutará cuando sea totalmente seguro y no pueda repercutir negativamente ni para ella ni para sus destinos. De ahí que solicite la implicación de las entidades públicas. «Quiero que ellos me cuenten su problemática, los recursos de los que disponen y podamos colaborar para reactivar el turismo», expone convencida de que esta «España bella, serena y forjada con piedra y esfuerzo» lo merece.