Tender una mano a la mujer rural y empresaria

I.M.L. / Peñaranda de Duero
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La ADRI Ribera del Duero Burgalesa crea un punto de apoyo para mover las iniciativas de las emprendedoras de toda la comarca

Sorne Juez y Verónica Diosdado. - Foto: I.M.L. y Pedro Carazo

Las mujeres valientes que optan por crear una empresa en el entorno rural saben que, si ya de por sí es difícil sacar adelante una iniciativa emprendedora, los obstáculos se multiplican si el negocio se ubica en un pueblo. Para poder navegar seguras y llegar a puerto, desde la ADRI Ribera del Duero Burgalesa han creado a modo de faro un Punto de Apoyo a la Mujer rural Emprendedora (PAME), que en los cinco meses de funcionamiento ya ha atendido múltiples consultas de asesoramiento en torno a posibles ideas de negocio.

La amplitud de la zona geográfica que atienden desde su sede en Peñaranda de Duero propicia que la variedad de sectores de los que proceden las emprendedoras sea destacada. Negocios de construcción, artesanía, agroalimentación e, incluso, coworking han llegado hasta la mesa de la técnica de Empleo que atiende estas consultas. «Un 60% son sobre empresas ya constituidas que solicitan información sobre subvenciones, formación o mejora de su negocio, pero hay un 20% de mujeres que tienen una idea de negocio y han solicitado asesoramiento», especifica Cristina Martínez, encargada de este punto PAME en la Ribera.

Más allá de la puesta en marcha de nuevos negocios, la labor de esta oficina de asesoramiento también atiende peticiones de ayuda para elaborar currículos o información sobre ofertas de trabajo en la zona, siendo este tipo de consultas el 15% de las recibidas, que se complementan con la comunicación por parte de las empresas de las vacantes que tienen en sus plantillas «para que les ayudemos a darles difusión en nuestros boletines, en nuestra página web», además de poner en contacto a demandantes de empleo con empresas que buscan gente para contratar, como especifica Martínez.

Verónica Diosdado acude a ferias para mostrar su trabajo. Verónica Diosdado acude a ferias para mostrar su trabajo. - Foto: Pedro Carazo

Una de las claves de este servicio es la cercanía y el contacto personal. «Intentamos que la comunicación sea continua una vez que nos conocen y tenemos en cuenta sus necesidades, siempre que haya algo acorde a lo que nos hayan solicitado les informamos», recalca la técnica de Empleo, sin olvidar que también realiza orientación laboral personalizada y ayuda a dar de alta los nuevos negocios, para facilitar los farragosos trámites administrativos.


Verónica Diosdado, artesana en hueso y turismo activo: «Si no tienes una tienda física, la ayuda a la que puedes optar es cero»

«En el entorno rural no hay oportunidades de trabajo y menos para las mujeres, eso es así, porque un hombre tiene más opciones». Así de honesta se muestra Verónica Diosdado, una palentina que estudió Gestión Forestal y del Medio Natural en Asturias y que ahora pretende establecerse en Coruña del Conde. Su labor empresarial es de lo más variada: «Entre semana somos albañiles, mi chico y yo, luego tenemos una empresa de turismo activo, Pedrete Guiados, que hacemos rutas por la naturaleza, vías ferratas y rutas de micología que hemos empezado este año», enumera. A esto quiere sumar ahora su propia marca de artesanía, Arthebe. «En ratos libres es cuando hago artesanía, tallas en cuernas de corzo y de ciervo que son procedentes de desmogue, cuando los animales tiran las cuernas de manera natural, no se mata a ningún animal», aclara.

Sorne Juez atiende sepelios en múltiples localidades ribereñas. Sorne Juez atiende sepelios en múltiples localidades ribereñas. - Foto: I.M.L.

A la hora de emprender este nuevo reto empresarial volcado en la artesanía, Verónica se ha visto fuera de posible líneas de ayudas económicas. «Hemos tenido ayuda cero, no lo hemos solicitado porque yo ahora no puedo crear una tienda física, y siempre hay algún requisito que no cumples y no puedes optar a nada», recalca.

De momento, compatibiliza sus otras labores con un curso on line para la mujer emprendedora en el que intenta hacerse con las redes sociales, «parece que me hablan en otro idioma porque soy penosa con las redes sociales, pero intentando aprender», confiesa con total sinceridad. Porque a falta de tienda física, Verónica quiere aprovechar las herramientas on line para darse a conocer. «Los más complicado es llegar a toda la gente desde aquí, las redes sociales es lo que menos nos gusta porque lo que más nos gusta es hacer actividades y tratar con las personas», insiste.

Sorne Juez, servicios funerarios: «Sé que nunca voy a poder recuperar el dinero que invierta en el proyecto»

«Llevo 25 años realizando el servicio de entierros en los pueblos pequeños y para empezar conté con una subvención a través del Proder por ser mujer rural emprendedora», recuerda con orgullo Sorne Juez, que fue la primera castellano leonesa que se dio de alta en el sector de las pompas fúnebres en el ámbito rural.

Esta huertaña se toma con gran profesionalidad su labor. «A mí lo que más me importa es hacer el servicio de entierro en condiciones, que no surjan complicaciones porque es una situación muy delicada», reconoce de una labor en la que es raro ver a una mujer.

Todo este tiempo ha tenido un proyecto pendiente de ejecutar y ahora quiere hacerlo realidad. «Teníamos ganas de montar una sala para poder velar a los fallecidos, que antes era tradición hacerlo cada uno en su casa, para que los vecinos no tengan que bajar a Aranda o subir a Burgos», explica. Los trámites iniciales han sido más que complicados, pero no lo achaca a su condición de mujer. «Más que por el tema de yo ser mujer, el problema viene por la ignorancia de la gente, llegaron incluso a recoger firmas para que no se hiciera el velatorio», explica ya resignada, a lo que suma que «casi hemos tardado un año en conseguir la licencia del Ayuntamiento para poderlo hacer».

Solventados estos obstáculos, ahora tiene por delante una inversión de 150.000 euros, pudiendo recibir una subvención de 38.000 euros de los fondos que gestiona la ADRIRibera del Duero Burgalesa. «Toda ayuda es bien recibida, porque yo no voy a recuperar en la vida el dinero que voy a invertir en este proyecto, mirando el volumen de fallecidos no da, el año pasado fallecieron ocho en Huerta del Rey, cuando hace años habrían sido 40», especifica las cuentas que ha hecho para valorar esta inversión.